domingo. 08.09.2024

La noche se presentaba llena de expectativas y nervios para Álvaro, un joven ceutí de 21 años, que buscaba no solo una compañera, sino alguien que apreciara su humor y su disposición a hacer feliz a su pareja. "Me siento superfeliz", declaró antes de la cita, con la ilusión de llevar algún día a su pareja a Disneylandia o, al menos, a PortAventura. Julia, una joven de 19 años, apasionada por la música, también había estudiado Comunicación Audiovisual, y llegó a la cita con una mezcla de curiosidad y reservas.

Desde el primer momento, Álvaro quedó impresionado por Julia, exclamando un "me he enamorado" al verla. Julia, por su parte, aunque no sintió una atracción física inmediata, mostró interés al descubrir que ambos compartían origen y estudios. Álvaro, visiblemente nervioso, no dudó en preguntarle si su flequillo estaba bien colocado, dispuesto a hacer cualquier cambio por agradarle.

Durante la cena, la conversación fluyó con naturalidad. Álvaro, intolerante a la lactosa, optó por fruta de postre, explicando con humor que prefería evitar "cagarse toda la cita". Julia, interesada por el colgante de Álvaro, supo que era un símbolo manga que él había decidido no tatuarse. Aunque a Julia no le gustaba mucho el manga, apreciaba la diversidad de intereses de Álvaro, quien consumía todo tipo de lectura.

Álvaro compartió su amor por las series, las películas y su dedicación al voluntariado, mientras que Julia reveló que cantaba y rapeaba en sus ratos libres. La diferencia de gustos musicales quedó patente, pero no impidió que continuaran con una charla animada. Álvaro, aunque inseguro sobre sus habilidades sexuales, aseguró ser gracioso, algo que Julia valoró, aunque sintió que no profundizaban en temas serios.

La velada avanzaba y mientras Julia fue al baño a contarle a su amiga que, aunque se había divertido, no sentía atracción física por Álvaro, él confesaba a la presentadora Cristina su deseo de casarse con ella. Incluso, le pidió que preguntara a Julia si le gustaba más con o sin gafas, aunque Julia ya tenía la mirada puesta en otro chico de una cita cercana.

Al final de la noche, ambos pagaron a medias, un gesto de igualdad en una cita llena de humor y sinceridad. Julia, con una sonrisa, le dijo a Álvaro que, aunque se lo había pasado genial, no era su tipo físicamente. Álvaro, aunque decepcionado, no perdió su sentido del humor. "Si te lloro o te maulló, ¿vas a cambiar de opinión?", preguntó, manteniendo el espíritu alegre hasta el final.

Esta experiencia en First Dates dejó a Álvaro con una lección clara: la química emocional y las risas son fundamentales, pero la atracción física también juega un papel crucial. Aunque no encontró el amor, se lleva una noche de risas y recuerdos, y la certeza de que su búsqueda continuará, siempre con humor y esperanza.

Un ceutí en First Dates, ¿cómo le ha ido?