Desde el estallido del incendio en el paraje La Peña, las llamas han desafiado los esfuerzos de contención, impulsadas por vientos adversos y la abundante vegetación seca. La situación ha escalado rápidamente, obligando a las autoridades a elevar la respuesta al nivel 1 del Plan Infoca, un indicativo de la gravedad del evento. Este nivel permite la movilización de recursos adicionales y la coordinación entre diferentes organismos y entidades para una respuesta más efectiva.
De acuerdo al consejero de Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, el origen del fuego se está investigando, - a cuatro personas - y las primeras hipótesis apuntan a trabajos forestales realizados en una finca privada, contraviniendo la prohibición vigente desde el 1 de junio. Estas actividades, sumadas a las condiciones meteorológicas extremas, con fuertes vientos, habrían desencadenado la catástrofe.
Actualmente, el incendio presenta dos focos principales: uno de ellos está relativamente contenido, pero el otro, ubicado en la zona noroeste, sigue siendo un desafío significativo debido a la densa vegetación que alimenta el fuego. Los esfuerzos de extinción se centran en esta área, donde la carga de combustible es particularmente alta, aumentando la dificultad de las operaciones.
En el frente aéreo, 18 medios aéreos están en acción, incluyendo nueve helicópteros (un helicóptero pesado y ocho semipesados) y nueve aviones (seis de carga en tierra, dos hidroaviones pesados y un avión de coordinación). En tierra, 175 bomberos forestales trabajan incansablemente, distribuidos en 11 grupos, apoyados por ocho brigadas de refuerzos contra incendios, cinco vehículos de autobomba y maquinaria pesada. Además, 11 técnicos de operaciones y otros responsables supervisan y dirigen las labores de extinción.
