Fue el mayor incendio urbano de la historia de Ceuta, y afortunadamente no acabó en tragedia. Las llamas en el Edificio Pret a Porter del mes pasado han motivado, eso si, que las vidas de los residentes en el inmueble hayan experimentado un cambio radical. "No, no tuvimos que lamentar desgracias personales, pero nos hemos hecho a la idea de que vamos a tarder muchos meses en volver a nuestras casas. Tanto que ya hemos asumido que nos comeremos las uvas fuera de nuestros hogares", explican.
En concreto, "seguimos sin grandes avances. Aún no han terminado las tareas de desescombro del local donde comenzaron las llamas, y no conocemos el resultado del informe de la Policía científica", explica uno de ellos a Ceuta Televisión. En estos momentos "no hemos podido volver a entrar ni siquiera a coger algunos efectos personales", señalan.
Ahora mismo "los técnicos del seguro de cada casa no pueden acceder", explican, "porque hay que reconstruir las tripas del edificio". Por 'tripas' se refieren "a conducciones de luz, agua, telefonía móvil o internet", que han quedado destrozadas tras el incendio. "Es posible que primero entren los técnicos para que, al menos, haya luz eléctrica" con la que iluminar las casas.
Luego viene otra parte: el hollín. Muchos explican que "las casas, por fuerza, se han visto sometidas a grandes cantidades de humo y hollín, con lo que en el momento en que nos den el permiso, tendremos que proceder a limpiezas, tal vez a contratar empresas especializadas porque no estamos hablando del polvo que podamos limpiar con una simple balleta mojada". Ahí se vislumbra un escenario de choque "entre los seguros del hogar y los de la comunidad".
Otro vecino nos explica que "el baile de fechas es tremendo. Unos nos dicen que los peritos podrían volver en una semana, otros que en dos... El caso es que no hemos podido volver a entrar desde la primera vez. Lógicamente, tendremos que entrar con los peritos, porque la cerradura del portal está cambiada".
Lo que si destacan algunos residentes en el inmueble es que "los materiales empleados para la construcción, según nos han explicado los arquitectos, ha impedido que la cosa vaya a mas. Los cimientos han resistido una temperatura de 1.000 grados en algún instante. Si los materiales hubieran sido algo peores, o hubiesen estado más desgastados, nuestras casas se habrían caído como un castillo de naipes", explica gráficamente uno.
