Aunque no se completó el aforo, la LXIII edición del Festival Flamenco de Ceuta volvía a demostrar en la noche de este viernes que el amor por este arte sigue muy vivo en nuestra ciudad. Lo hacía con un público entregado que disfrutó de una noche flamenca en tres actos, comenzando por la actuación de Israel Fernández, con Diego del Morao a la guitarra, Marcos Carpio y Pirulo a las palmas y Carlos Merino como encargado de la percusión.
Él fue el encargado de abrir una noche en que las Murallas Reales volvieron a gozar con el flamenco a ritmo de bulerías, fandanfos o granainas y en la que hubo tiempo para las sorpresas como el momento en que Fernández se sentó al piano para deleite de un público entregado que se resistía a que abandonara el escenario.
Tras él llego el turno del baile, en este caso de la mano de la jerezana Gema Moneo, con David el Galli, El Pechuguita y Juan de la María al cante, y Pitín Hijo a la guitarra. Una Gema Moneo que ya tenía previsto participar en el festival del pasado año pero que no podía hacerlo por haber dado a luz y que este año llegaba con ganas de demostrar a los ceutíes todo su arte. No defraudaba. Nacida en 1991, esta bailaora precoz debutó con tan solo 13 años y que, tal y como explica el presentador del evento, el decano de la crítica en España, Manuel Martín, “es como un vendaval, porque lo mas hermoso del baile es saber escribir versos con el lenguaje corporal”.
El broche de oro a la noche flamenca de este viernes la ponía María Terremoto, con Nono Jero a la guitarra y Manuel Cantarote y Emilio Castañeda a las palmas. Una actuación que dejaba a los asistentes, a pesar de la hora, con ganas de más y que les invitaba a poner la vista ya en el festival del próximo año, al que como subrayaba el presentador del evento, “hay que invitar a venir a los vecinos, a los amigos” para que siga muy vivo.
