domingo. 08.09.2024

Transfuguismo o despotismo

José Antonio Carbonell/ Archivo
José Antonio Carbonell/ Archivo

El partido socialista ha pasado de liderar la oposición, para convertirse en muletilla del PP, en su seno interno se han sembrado animosidades que están generando disputas, incluso divisiones donde se lanzan acusaciones sobre fraude y honestidad. Los que antes eran amigos ahora pasan a ser enemigos. Esto sucede por propósitos individuales, ya no existe proyecto político común, sus intervenciones se adaptan al día a día, perdiendo coherencia, donde se dice una cosa hoy y a la mañana siguiente otra distinta, por eso, la fisonomía de la conducta de algunos de sus dirigentes en cuestión de política, es vacilante y sin coherencia alguna.

Estos personalismos generan dispersión, donde las estrellas fugaces como Melchor iluminan la escena durante algunos minutos, sin construir alternativas o programas compartidos, solo figuración individual, cuyo único objetivo es la de ser el próximo secretario general del PSOE en Ceuta, este tipo de protagonismo personalista, está sembrando la discordia y la confusión en la sede de Daoiz. Ahora Melchor, tú que te otorgaste a ti mismo la condición de buen político, te estás encontrando con dificultades con las que no sabes lidiar, deberías saber que el canibalismo político no es el camino idóneo, que con destruir en lugar de construir, le estás abriendo a los demás una puerta con la que harán uso de la fuerza bruta.

Los egos desmesurados conducen al caudillismo que una vez constituido conlleva consecuencias nefastas, entre otras razones, a que el caudillo busca perpetuarse en el cargo y a su vez sostener un clientelismo que lo apoye. Por ello en esta vida hay que aprender que los que llegaron hace poco al poder, y lo hacen descalificando, deben instruirse para ganarse el respeto que ellos esperaban para sí mismos cuando enfrenten turbulencias, que tarde o temprano aparecerán en su camino.

No se nos debe olvidar que los que nadamos en política, por muy encumbrados que estemos en ciertos momentos de nuestras vidas, las cosas que ennoblecen son las que mueven a pueblos y naciones permaneciendo a través del tiempo. La crisis existencial del partido socialista en estos momentos está en su punto álgido y en el supuesto de no cambiar al presidente de la actual gestora, su imagen se irá deteriorando por momentos.

Esa decisión de expulsar a los dos diputados de su partido, dice mucho de la persona que lleva las riendas ahora mismo, no se ha puesto a pensar en las consecuencias tan desastrosas para el conjunto del partido y lo único que demuestra es que ahora mismo el partido socialista va a la deriva sin rumbo. Por supuesto esta toma de decisión tiene a un ganador y es el partido popular. La ejecutiva del partido tendría que reflexionar por qué dos diputados de su partido tomaron la decisión de desmarcarse de lo que el partido les había encomendado, creo firmemente que se debería escudriñar a fondo respecto a lo que ocurre, porque la falta de disciplina por parte de componentes de su grupo político, es más que notoria. Sus afiliados y simpatizantes necesitan saber los motivos que han causado esta batalla campal dentro de la sede.

José Antonio Carbonell Buzzian                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                       

Transfuguismo o despotismo