Hace cuarenta años, un joven que soñaba hacerse un hueco en la vida militar ingresaba en la Academia de Cadetes. Fue en 1984, y aunque cuando uno empieza en algo siempre sueña llegar lo más lejos posible, probablemente no imaginara que cuatro décadas después sería despedido de sus labores en el Ejército con una parada militar en la que uno de los cuarteles más emblemáticos de las Fuerzas Armadas españolas, Regulares, serviría como escenario a su despedida a la bandera.
Pero el caso es que aquel joven cadete ahora es un "viejo soldado". No lo decimos nosotros: lo dice el durante su último acto de uniforme. Fernando Rocha se despide en Regulares, en el Tabor 54, aquel cuartel que mandó durante dos años casi al final de su vida en activo y antes de ser 2º general de la Comandancia.
Junto a su mujer, Almudena, deposita la corona en homenaje a los Caídos: un acto en el que el rezo del cura y del imán se alternan mostrando así parte de esa mezcla que ha sido, y es, parte esencial.de la personalidad del cuerpo Regular. Pero no solo los Regulares, sino todos los cuerpos destacados en Ceuta están presentes en el último desfile.
Se rompe la formación. Rocha pasa, uno por uno, revista a todos los integrantes de su última parada, a los que saluda y agradece la marcialidad mostrada en el evento. Ante los medios de comunicación, y con una profunda emoción que no puede ni quiere ocultar, habla a las claras de su pena por dejar la vida en activo, su tierra de nuevo y dedicarse a otras cosas. "Estoy en la reserva; si hay algún destino para mi bien, y si no, me iré a la vida civil" dice. Se va "con pena, pero con la gratitud y satisfacción" por el deber cumplido. Tras eso, le esperan amigos. Los de la Hermandad El Ángulo y Al Idrissi, cuyo presidente luce para la ocasión la Cruz al Mérito Civil entregada por Su Majestad el Rey el pasado mes de junio. Los antiguos Regulares. Su familia, sus planes de futuro y una promesa. "Volveré mientras me inviten". Previamente, Marcos Llago, comandante general ("que es un auténtico líder", dice Rocha) le ha dicho que "mientras uno de nosotros quede por aquí, siempre tendrás un hueco". A descansar, pues.
