Romina Reyes, presentadora de la gala se hace a un lado. Va a anunciar el nombre de la ganadora, la Miss World Ceuta. Tras pronunciar el clásico "Y la ganadora es...", contiene la respiración. Busca dar el punto de dramatismo, de tensión que tantos nervios producen en eventos de distinto calado. Esos segundos en los que quien presenta la gala o anuncia al mundo un nuevo Papa, la película ganadora o la sede de los Juegos Olímpicos es el centro del mundo. Esos instantes en los que el público, en silencio, le suplica que suelte ya lo que sea. La ganadora es "...". Ella avanza, como la reina que es hacia el centro del escenario, donde la esperan dos damas de honor, y una banda y una corona elegidas en los mejores todo a un euro del hemisferio norte.No hay aplausos ni llantos; no hay dedicatorias y los abrazos son simulados, Porque simulado es todo lo que le acabamos de contar. Luego, siguen los ensayos a ritmos ¿cómo no en este 2024?, de la 'Potra Salvaje'. No sabemos si la candidata que hoy ha ensayado coo ganadora será, o no, la vencedora de Miss World Ceuta. Pero a esto, a preparar hasta el último detalle de la gala, se han dedicado en las últimas horas tanto aspirantes como presentadora y organizadores del evento. El Revellín, que el próximo lunes para ellos se convertirá como Old Trafford en el Teatro de los Sueños, està literalmente tomado por los aspirantes.
Unos aspirantes que admiten estar tan tranquilos como lo pueda estar un perro en una lancha. Atacados/as, vamos. Hasta el punto de que este fin de semana en el que parece que tendrán días libres, van a pasarlo juntos. "Igual nos tranquilizamos más así", dice Esther, una de las aspirantes. Miguel Ángel, también candidato. "Lo mejor es que nos van a quedar buenos recuerdos y amistades para toda la vida".
Pese a ello ¿hay porras?. Ahí tiran de cierta corrección política: "No,porque tenemos muy buen ambiente entre nosotros". El caso es que liman detalles, hay tiempo para las bromas -menos nosotros, todo quisque presente hace la pamplina de ponerse la banda y la corona e imitar brevemente a Ginger Rogers- y se les nota sueltos. La química de la que hablan no parece impostada; es real como que estos jóvenes y jóvenas (como se diría en neolengua) se ven disfrutones en el escenario. Que se llevan bien, a pesar de que solo puede ganar uno por categoría. En uno de los descansos comparten confidencias, tabaco y trucos para su desfile soñado.
Qué ganen, pues, los mejores. Pero nos da la impresión de que ya han ganado todos, llevándose unos recuerdos que, posiblemente, les acompañen durante muchos años. Esperemos que en positivo.
