jueves. 04.07.2024
ORGULLO LGTBI

Manu Rubio: “Yo no me quité una mochila, yo me quité el equipaje entero”

Manuel Rubio, Manu, como todos lo conocen, nos atiende en el Dylan en esta tarde de martes para abordar la situación del colectivo LGTBI, sus experiencias y los pasos que se han dado a lo largo de los últimos años. También para hablar de su experiencia personal, de los momentos mas difíciles pero también de apoyo que ha recibido. Una entrevista a corazón abierto en una semana vital para seguir reivindicando.

Manu Rubio nos ha contado su experiencia este martes / Laura Ortiz
Manu Rubio nos ha contado su experiencia este martes / Laura Ortiz

Manuel Rubio, Manu como todos lo conocen, no pierde la sonrisa a pesar del nerviosismo que le provoca enfrentarse a una entrevista, algo a lo que, confiesa, no está acostumbrado pero que afronta con la sinceridad por bandera desde el minuto uno y así lo refleja su primera respuesta respecto a cómo han cambiado las cosas para las personas LGTBI en los últimos años: “la gente que es más joven creo que lo tiene más fácil”. Aunque es una afirmación sujeta a matizaciones, como él mismo aclara, porque no es oro todo lo que reluce, “la gente no es tan abierta de mente como le gusta aparentar”, y subraya, “que todo el mundo es como muy liberal pero después, a la hora de la verdad, hay mucha gente que sigue siendo tradicional”.

A sus 37 años, Manu afronta la vida con la seguridad de quien hace mucho tiempo que decidió dejar de esconderse pero confiesa que no todo el mundo puede permitirse vivir así y señala que “sé de chicos, incluso más jóvenes que yo, que lo han pasado muy mal, que eso sí que es realmente una pena” porque, mientras parece que las cosas deberían avanzar, a veces da la impresión de que "van para atrás". En ese sentido, se pone en la piel de quienes han sufrido o sufren más que él, no hay otra forma de entender sus palabras que, por sinceras, no dejan de impactar “yo tampoco lo he pasado tan mal” afirma para posteriormente añadir “lo típico del colegio, maricón y eso, pero tampoco ha sido tanto, de verdad”.

Eran, sin duda, otros tiempos, y el considerar que no lo ha pasado “tan mal” no resta que en muchos momentos se sintiera discriminado. “Eran los 90, todo era muy diferente. Estaba todo muy tabú y era muy duro”, confiesa. Unos primeros años que vivió fuera de Ceuta, hasta donde llegó con sus padres años más tarde, y aunque reconoce el choque del primer momento, y que los inicios fueron complicados, especialmente porque había que crear nuevos círculos de amigos, tuvo un apoyo fundamental, una de sus hermanas con la que compartía aula y que fue su respaldo en ese nuevo comienzo en una ciudad que era nueva para él.

Hablar del pasado le emociona, y se nota, especialmente del momento en que decidió dar un paso al frente y dejar de ocultarle a quienes más quiere su realidad. “Estuve dos días sin comer, no sabía cómo hacerlo”. Cuando lo tenía decidido un comentario en la mesa, a la hora de comer, le quitó el valor durante unos días, hasta que su madre (siempre las madres) decidió hablar con él y de la forma más natural, en una de esas actividades cotidianas que las madres piden a sus hijos, le preguntó como si nada “nene, ¿tú eres gay?”. Y ahí se derrumbó. “Me inflé de llorar”. Las palabras de su madre, sin embargo, le devolvieron la estabilidad. “Me sentó y me dijo: yo te voy a querer igual, soy tu madre, me da igual con quien te metas en la cama, con que seas buena persona, buen hijo, una persona legal que no le haga daño a nadie, te voy a querer igual”. Fue su madre la que le pidió que se lo dijera también a su padre. “Mi padre dijo: no es nada nuevo, ya lo sabía, y se fue...”. Con sus hermanas, señala, “no hubo problema ninguno”. Y ese fue el momento más importante. A partir de ahí habló con sus amigas, “acabamos los tres llorando como tontos” y el resto dejo de importar, “quien me importaba realmente ya lo sabía y el resto me daba igual”. Fue una liberación: “yo no me quité una mochila – señala entre risas – yo me quité el equipaje entero”.

Manu es consciente, pese a todo, de que “queda mucho por hacer”, por mucho que las cosas hayan cambiado en los últimos 20 años y ya no se enfrente a comportamientos como los que ha vivido en otras épocas, especialmente trabajando de noche, “a veces llegaban clientes, chicos, y me decían que no les atendiera yo”, pero alaba a sus compañeras de entonces y como le respaldaron en todo momento. Respecto al momento actual señala que “sé que cualquier día me puede pasar algo de este tipo, pero también sé que va a salir mucha gente a defenderme”. Y es que no hay quien no conozca a Manu, DJ del Dylan, atento y generoso con sus clientes, dicharachero... Respecto a su crecimiento laboral valora mucho el tiempo que pasó en la Nuit, el primer sitio de ambiente que hubo en Ceuta, que terminó de darle alas para vivir su vida, y, no deja de alabar los buenos momentos y el ambiente de su actual trabajo en el Dylan. Un Dylan que precisamente este fin de semana vivirá su propia fiesta del Orgullo.

Y ahí está una de las grandes cuestiones: es una fiesta, sí, pero es reivindicativa “la gente tiene que saber que hay mucho más que pasárselo bien”. Y es que para Manu “todavía queda mucho por hacer” e insiste en su idea inicial, “la gente aparenta ser muy liberal pero no lo es tanto, hay que dar mucha visibilidad a todo esto porque hay gente que lo está pasando muy mal y hay que ayudar a esas personas”. De hecho, echa de menos más actividades desde las administraciones aunque reconoce que “si se ha liado parda por iluminar las Murallas, imagínate si se hicieran más cosas”.  

Respecto a la gente joven y no tan joven, pero especialmente a esos que pasan por una situación similar a la suya en un momento tan complicado y de tantas dudas como es la adolescencia y juventud, no tiene consejos pero sí un mensaje de ánimo: “yo les diría que todo llega, que no se preocupen, y que intenten ser lo más felices posible”. Un mensaje con una sonrisa y con la tranquilidad de que la entrevista ha llegado a su fin y va a poder seguir atendiendo a los clientes que este martes por la tarde han escogido el Dylan para disfrutar de un magnífico día de julio.

Manu Rubio: “Yo no me quité una mochila, yo me quité el equipaje entero”