domingo. 07.07.2024

Andrea Ruiz, destacada activista dentro del asociacionismo juvenil y LGTB en Ceuta, ha compartido su visión sobre la situación de la comunidad en la ciudad. Ruiz, quien ha estado involucrada en la organización del Orgullo en años anteriores, expresa su preocupación por la falta de respeto y aceptación hacia el colectivo en Ceuta.

Así, reflexiona, "hay una gran parte de la sociedad ceutí que no ve correctamente el tema del colectivo LGTB. Ya no es una cuestión de que a ti te parezca bien o no, simplemente es una cuestión de respeto", comenta Ruiz. Y es que, continúa su explicación, a pesar de vivir en el siglo XXI, Ceuta sigue estando muy atrasada en cuanto a la aceptación y los derechos de la comunidad LGTB. Cada vez que se trata el tema del orgullo, surge una controversia significativa, lo que refleja, insiste, una resistencia persistente en la sociedad ceutí.

Ruiz que, pese a su juventud, tiene una edad suficiente para haber observado la evolución de la situación, reconoce que ha habido pequeños avances. "Durante un tiempo estuve organizando el orgullo LGTB aquí en Ceuta. Era impensable en algunos momentos, por ejemplo, que el Ayuntamiento pusiese la bandera LGTB", recuerda. Destaca que recientemente la Consejería de Juventud solicitó la bandera, un gesto que antes era impensable. Aunque considera que estos avances pueden ser, en parte, una limpieza de cara, reconoce que son símbolos importantes de cambio.

A pesar de los avances, Andrea también señala que organizar eventos para el orgullo LGTB en Ceuta sigue siendo un desafío. Relata incidentes en los que han enfrentado oposición directa, incluyendo agresiones verbales y la necesidad de intervención policial. "Hubo un año en que quisimos poner la bandera en la Plaza de la Constitución y un hombre nos empezó a gritar, llamándonos enfermos y viciosos. Tuvimos que llamar a la Policía Nacional", relata. Si no llega a ser por la intervención del entonces consejero de Cultura, Javier Celaya y de Juan Luis Aróstegui, la cosa podría haber ido a mayores-

Ruiz también habla de la discriminación que todavía enfrentan las personas del colectivo LGTB en Ceuta, tanto en el ámbito personal como en el laboral. Relata casos de amigos que no se atreven a salir del armario por miedo a las reacciones familiares y sociales. "Hemos tenido que ir a denunciar a padres que golpeaban a sus hijos por ser gays. Todavía hay mucho desconocimiento y falta de empatía", afirma.

En cuanto al ámbito laboral, Ruiz reconoce que puede existir discriminación, aunque no ha presenciado casos directos. "Es posible que un chico muy afeminado no sea contratado para un puesto de atención al público porque no es el perfil que buscan", comenta. También señala que algunas personas pueden sentir la necesidad de ocultar su orientación sexual para evitar problemas en el trabajo.

En su vida personal, Andrea ha experimentado la discriminación desde múltiples frentes. "El colectivo LGTB no está igual visto que una persona hetero", afirma, destacando la persistente necesidad de reivindicar los derechos y el respeto hacia las personas LGTB. A pesar de estos retos, Andrea mantiene una actitud firme y positiva. "Creo que al final es una cuestión de respeto", dice, abogando por una sociedad más comprensiva y empática.

La falta de comprensión y conocimiento sobre la diversidad sexual es otro de los problemas que la joven activista señala: "Hay gente que te dice que podrías cambiar, y eso es un problema de falta de comprensión". Su testimonio pone en evidencia los prejuicios y la ignorancia que todavía existen en la sociedad ceutí.

Andrea Ruiz / Daniel Hernández
Andrea Ruiz / Daniel Hernández

Ser Mujer y Gay en Ceuta: Doble Discriminación 

Andrea Ruiz, ha comentado que, aunque en general, la discriminación hacia las personas LGTB es notable en Ceuta, las mujeres enfrentan desafíos específicos. "Creo que socialmente está mucho peor visto un hombre con otro hombre", señala, pero añade que eso no significa que las mujeres estén libres de prejuicios y dificultades. "Es verdad que hay muchísimas chicas que no han podido decirle a sus padres que tienen pareja", relata, evidenciando la presión que muchas mujeres sienten para ocultar su orientación sexual.

La combinación de ser mujer y formar parte del colectivo LGTB en Ceuta implica una doble carga de discriminación. Andrea ha subrayado que, en muchos casos, "las mujeres no tienen las mismas oportunidades que los hombres", una situación que se agrava para aquellas que se identifican como lesbianas o bisexuales. Esta doble discriminación se manifiesta tanto en el ámbito familiar como en el social y laboral. Andrea ha comentado sobre el caso de amigas que han tenido que presentar a sus parejas como simples amigas debido al temor de la reacción de sus familias.

La influencia de factores religiosos y culturales en Ceuta también juega un papel importante en la forma en que se percibe y trata a las mujeres LGTB. "Va un poco ligado a la religión", explica Andrea, indicando que muchas mujeres enfrentan restricciones y expectativas de género basadas en normas tradicionales que limitan su libertad y expresión personal.

La intersección de género y orientación sexual añade una capa compleja a la lucha por la igualdad en Ceuta, señala Andrea, quien, a pesar de estos desafíos, mantiene una visión optimista y esperanzadora. Cree firmemente en la necesidad de seguir avanzando y de trabajar juntos para superar los prejuicios y la discriminación. Su testimonio es un recordatorio poderoso de que, aunque se han logrado pequeños avances, la lucha por la igualdad y el respeto para todas las personas, independientemente de su género u orientación sexual, debe continuar con más fuerza y determinación.

Ser mujer y gay en Ceuta significa enfrentar una doble discriminación que afecta diversos aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, Andrea no ha perdido la esperanza y sigue comprometida con su causa. Planea volver a implicarse activamente en la organización del orgullo LGTB en el futuro, convencida de que es "súper necesario" seguir visibilizando y luchando por los derechos de su comunidad.

La joven concluye con una reflexión sobre la importancia del respeto y la naturalidad en el trato hacia las personas del colectivo LGTB. "Yo no elegí ser bisexual, yo lo soy y me di cuenta con el tiempo, igual que otras personas no eligen ser hetero. Es fundamental que todos podamos ser nosotros mismos sin miedo a la discriminación", afirma. 

Ruiz espera que, con el tiempo, Ceuta avance hacia una mayor aceptación y respeto hacia la comunidad LGTB, y considera esencial el apoyo de los partidos 
 

Andrea Ruiz: "Yo no elegí ser bisexual, yo lo soy y me di cuenta con el tiempo, igual...