En este 2020 se cumple un cuarto de siglo de muchas cosas. A nivel nacional, y ahora que la Familia Real vuelve a estar en el candelero, de la boda entre la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, de acontecimientos deportivos como el gol de Nayim o el último Tour de Miguel Induráin. Fue el año en que murió asesinado Isaac Rabin, primer ministro de Israel durante un acto por la paz. También fue el año, a nivel local, en que se pusieron en marcha el Estatuto de Autonomía, con Basilio Fernández estrenando el cargo de presidente de la Ciudad, se inauguró el Parque Marítimo del Mediterráneo o vivimos en primera persona el horror del Ángulo.
Pero también se cumplen 25 años de la última vez que Santa María de África se quedó en su templo. Fue la culminación a un largo proceso de restauración de la imagen de la Patrona. O esa es la teoría comunmente aceptada.
Una de las personas que mejor conoce la Cofradía patronal es, sin duda, Francisco Pérez Buades. Durante años, ha sido uno de los principales activos de la cofradía, practicamente desde que tiene uso de razón. Recuerda aquellos años diciendo que "a la Virgen de África no la restauraron en Madrid; le lavaron la cara y la intencion de algunas personas -se reserva elegantemente los nombres: algunas ya fallecieron- era que no saliera más en procesión".
Hasta el punto de que "cuando nos devolvieron la talla a Ceuta, nos encontramos con que tenía más de cincuenta piezas metálicas. A los restauradores, los hermanos Ruiz Solis, no les dejaron hacer en Madrid".
La restauración de la talla se realizó en Ceuta, pues "en unas semanas, durante el verano de 1996" por los propios Ruiz Solís que pronosticaron que "ahora la Virgen está en condiciones de salir hasta que ella quiera".
Pero, en 1995, último año en que la Virgen se quedó en su templo "fueron cientos las personas que se congregaron en el Puente de la Almina". En la salve, donde cada año se pedía que la Patrona de Ceuta volviese a procesionar. "Primero empezamos unos cuantos, pero con el paso de los años había ahí centenares de personas".
Pérez Buades apenas puede contener las lágrimas cuando se le pregunta por el 5 de agosto de 1996, año del cincuentenario de la coronación canónica y en el que volvía la Virgen tras más de un lustro de ausencia. "Yo estaba en la puerta de la Iglesia, con África Murcia, y recuerdo cuando ví salir la Cruz de Guía... No se si me asfixia más la mascarilla o el recuerdo de ese instante", sale del trance bromeando.
Pérez Buades fue, con el tiempo, hermano mayor de Santa María de África. Una devoción a la que ha dedicado buena parte de su vida y también de su talento profesional. "El techo de la Iglesia está alto; así lo hice", comenta orgulloso cuando señala el "Mater et Patrona" que diseñó para la restaurada Parroquia este veterano arquitecto local.
