Según el último informe del Ministerio de Sanidad, Ceuta se encuentra entre las regiones con mayor prevalencia de consumo de bebidas energéticas en España. Con un 29,2% de su población consumiendo estas bebidas, la ciudad autónoma se sitúa por detrás de Melilla, que encabeza la lista con un alarmante 42,8%.
El informe revela que la prevalencia de bebidas energéticas en la población general española es del 14,2%. Sin embargo, en Ceuta, esta cifra es notablemente más alta, indicando un patrón de consumo más intenso en comparación con otras regiones. Los hombres, especialmente los jóvenes, son los principales consumidores, con una prevalencia del 17,1% frente al 11,2% de las mujeres. El grupo etario de 15 a 24 años es el más afectado, con un 37,6% en total, destacando una disparidad aún mayor en los varones (42,8%) en comparación con las mujeres (32,1%).
El informe también destaca la creciente preocupación por la combinación de bebidas energéticas con alcohol, un fenómeno que afecta a un 25,8% de los consumidores en general, siendo más prevalente entre los hombres (27,8%) que entre las mujeres (22,8%). Este comportamiento es especialmente común en el grupo de edad de 15 a 24 años, con un 32,3% de prevalencia, lo que refleja una tendencia preocupante hacia el policonsumo entre los jóvenes.
Desde 2015, el consumo de bebidas energéticas ha ido en aumento en España. La prevalencia ha pasado del 10,9% en 2015 al 14,2% en 2022. En cuanto a las bebidas energéticas combinadas con alcohol, la cifra ha aumentado del 2,8% en 2015 al 3,6% en 2022. Este incremento también se refleja en el consumo de otras sustancias psicoactivas. Aquellos que combinan bebidas energéticas con alcohol muestran una prevalencia significativamente mayor en el consumo de tabaco, cannabis y el denominado binge drinking en comparación con aquellos que solo consumen bebidas energéticas.
El informe también revela notables diferencias regionales en España. Ceuta, con su alta prevalencia de consumo, se encuentra en una posición preocupante junto a Melilla y Canarias, mientras que regiones como Asturias, País Vasco y Castilla y León presentan cifras mucho más bajas.
La situación en Ceuta plantea un desafío significativo para las autoridades locales y sanitarias, quienes deben abordar las implicaciones de salud pública derivadas de este patrón de consumo elevado. El informe sugiere la necesidad urgente de estrategias y programas educativos para mitigar los riesgos asociados con el consumo de bebidas energéticas y su combinación con alcohol, especialmente entre la población joven de la ciudad.
