El paciente cuya existencia se negaba hasta hace 48 horas y que presentaba síntomas compatibles con la viruela del mono, es negativo. Así lo confirman los informes remitidos por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid, según fuentes sanitarias.
INGESA señala textualmente que " a día de hoy no hay ningún caso de viruela del mono". Efectiva y afortunadamente: no hay ningún caso a día de hoy, puesto que el test es negativo. Sin embargo, ayer no era lo mismo: el paciente fue dado de alta y desapareció del Hospital Universitario, horas después de ser trasladado de la planta de custodia a la planta del ébola. Extremo este que ocurrió en la tarde noche del lunes, y tras que en torno a las 13.30 horas de ese día, se le hubieran extraído las pruebas por parte de una facultativa para remitirlas al Carlos III de Madrid.
Unas pruebas que finalmente han dado negativas. En el caso que nos atañe, el día 21 de agosto comenzó a prepararse la entrada de un paciente procedente de Marruecos, cuya llegada se esperaba para esa tarde o para la mañana del miércoles 22. Se sabía que es un hombre joven, con nacionalidad noreuropea, y que había presentado algunos síntomas en el norte de Marruecos, por lo que se activó el principio de cercanía a la Unión Europea -si un nacional de un estado miembro precisa asistencia hospitalaria urgente, se le traslada al lugar más cercano- y se preparó todo para cruzar la frontera.
De hecho, se esperaba que cruzase la frontera y fuese, directamente, a la "sala ébola", como coloquialmente se denomina en el Hospital a una estancia preparada para casos en los que sea necesario aislar a un paciente y monitorizar su evolución desde fuera de la sala, reduciendo al máximo los contactos con el personal exterior. Un personal que habría de estar, a su vez, provisto de Equipos de Protección Individual.
"No hay ningún caso hasta el momento", es insiste con laconismo desde una insitución, como INGESA, que desde hace años pivota entre la ambiguedad y el hermetismo. No sabemos por qué motivo ni por orden de quien, pero el caso es que aquello que se pretende ocultar generalmente acaba saliendo a la luz. A veces, no hay nada que genere más alarma social que el silencio sepulcral....
