El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, acompañado del Padre Ángel, presidente de Mensajeros por la Paz y del consejero de Presidencia y Gobernación, Alberto Gaitán, han comparecido hoy en una rueda de prensa para exponer que, desde el jueves pasado en el que la ciudad lanzó un SOS por la crisis migratoria que enfrenta, la realidad en Ceuta se ha tornado aún más sombría, arrastrada por la marea creciente de menores que llegan a sus costas. La semana ha sido testigo de un deterioro tangible en las condiciones: el número de entradas ha aumentado sin que las salidas hayan correspondido en igual medida. Este estancamiento ha agravado la crisis humanitaria en la ciudad.
“El peor día del mes, según las últimas estadísticas, fue ayer” ha afirmado Vivas. En esa jornada, Ceuta recibió a 47 nuevos menores, elevando la situación a un estado de emergencia absoluta. Las cifras actuales son contundentes y reveladoras: la capacidad del sistema para acoger a estos menores está desbordada, con una sobreocupación que alcanza un alarmante 422%.
Durante todo el año, el sistema de protección de Ceuta ha recibido a 660 menores, lo que representa un aumento del 409% en comparación con el año anterior. Solo en agosto, la cifra de ingresos fue de 219 menores, sumando un incremento de 548 nuevos casos desde 2023. La ciudad, empujada por esta avalancha, ahora busca desesperadamente una solución que no sea solo una salida momentánea, sino un alivio real y sostenible.
En este contexto de caos y desesperación, la propuesta de ceder la custodia de algunos menores a organizaciones humanitarias como Mensajeros de la Paz, entre otras, se presenta como una posible tabla de salvación. La organización, reconocida por su labor humanitaria, podría asumir la responsabilidad de algunos de estos niños y adolescentes, brindándoles una oportunidad para escapar de la sobrecarga institucional y encontrar un refugio más adecuado en la península.
Simultáneamente, el presidente de Ceuta, Juan Vivas, ha delineado cinco vías alternativas para abordar la crisis:
1. Finalización del Plan de Contingencia: Se está trabajando intensamente para completar y poner en marcha el plan de contingencia aprobado en julio. Este plan se centra en la salida de menores a la península y busca implementar medidas concretas y efectivas en el corto plazo para aliviar la presión sobre los recursos locales.
2. Delegación de la Guarda a Entidades Humanitarias: Se está explorando junto con el Padre Ángel, presidente de la asociación Mensajeros de la Paz, una nueva vía para el traslado de menores a la península mediante la delegación de su guarda a entidades humanitarias del tercer sector. Este enfoque mantendría la tutela de la Ciudad, pero permitiría a organizaciones especializadas gestionar el cuidado de los menores. La propuesta requiere la autorización por parte de la Comunidad Autónoma de destino para garantizar una transición ordenada y adecuada.
3. Ampliación de la Capacidad de Acogida: A pesar de las limitaciones actuales, se está trabajando en la ampliación de la capacidad de acogida. El esfuerzo para mejorar esta capacidad es significativo, y se espera que en el transcurso del día se puedan presentar resultados concretos de los trabajos realizados desde el área de menores. La ampliación de las instalaciones y la incorporación de nuevos medios son fundamentales para hacer frente al incremento en el número de menores.
4. Solicitud de Recursos y Financiación al Gobierno Nacional: Se ha solicitado al Gobierno de la Nación la habilitación de recursos físicos y financieros para la acogida de menores. Esto incluye la provisión de instalaciones adecuadas y medios necesarios para gestionar la emergencia. Además, se busca que el gobierno cubra los gastos emergentes asociados con el incremento de menores en Ceuta y con la posible delegación de su cuidado a entidades colaboradoras.
5. Requisitos para una Resolución Efectiva: Trasladar a la necesidad de sentar las bases para dar una respuesta de carácter estable a un fenómeno estructural como el que estamos viviendo en los ámbitos regulatorios, jurídicos, presupuestarios y de instalaciones.
La situación plantea interrogantes profundos. La urgencia de la crisis exige una respuesta inmediata y efectiva, pero también exige que cada movimiento se realice con la máxima diligencia y cuidado. La vida de estos menores, marcada por la huida y el sufrimiento, depende ahora de decisiones críticas que podrían cambiar el curso de su futuro.
