Probablemente, tres meses antes o después de la aparición del COVID-19, su rostro habría llenado portadas y horas de radio. O tal vez no: Javier Martínez Picado es una persona cuasi anónima para el espectador si este no tiene un interés rutinario por la ciencia. Sin embargo, desde el punto de vista de la repercusión mediática, el equipo que el lidera (los investigadores del siglo XXI están muy alejados de la imagen de un señor trabajando a solas en un laboratorio durante meses), ha tenido cierta mala suerte. El coronavirus ha hecho que pase desapercibido el tercer caso de curación de SIDA en el mundo.
Un virus de cuyos primeros meses también nos hemos acordado muchos, sobre todo por la expansión y el boom mediático. Y del que el doctor Martínez Picado es uno de los principales expertos mundiales. Esta semana, la misma en que la OMS declaraba al COVID 19 como pandemia, se conocía que casi dos años y medio después de someterse a un trasplante de células madre, sigue sin haber rastro de replicación del SIDA en el organismo de un paciente, conocido como "el Paciente de Londres" al ser tratado en la capital británica. Un caso, en efecto, de curación del SIDA.
Es el segundo caso de curación tras el "Paciente de Berlín", otro similar en el año 2007 y coincide con el anuncio de la remisión del "Paciente de Düseldorf". La participación de los científicos españoles se enmarca dentro del denominado ICiStem, coordinado por el Instituto del Investigación del Sida IrsiCaixa. Los investigadores han ido algo más allá a la hora de hablar de cura y no de remisión a largo plazo; ello oscila función del tiempo transcurrido sin rebote viral desde la interrupción de la medicación retroviral. En este caso, 29 meses es lo suficiente para hablar de curación, y no de remisión. El 'milagro español' al que silenció el coronavirus...
