sábado. 12.10.2024
INMIGRACIÓN

El Ángulo: casi treinta años del caos que cambió la historia de la inmigración

Este viernes, 11 de octubre, se cumplen 29 años de uno de los capítulos más convulsos (y ya es decir) de la historia reciente de Ceuta: los sucesos de El Ángulo. Una fecha que abrió al resto de España y Europa los ojos ante un fenómeno migratorio incipiente en esos días, pero que se manifestó de forma abrupta en la mañana de hace casi tres décadas.

Panorámica del suceso / Archivo-Juan Carlos Gil
Panorámica del suceso / Archivo-Juan Carlos Gil

Hoy es uno de los lugares desde los que se pretende impulsar a Ceuta hacia un nuevo modelo económico, más enraizado en la economía digital y de servicios que en la de bienes. Pero el Ángulo, el primer resquicio de las Murallas Reales conforme se entra por la Avenida González Tablas no siempre fue así. Hace cincuenta años era el 'Ceutí de verano':  la Unión África Ceutí tenía una ciudad deportiva en el terreno, y varios locales de restauración. En la discoteca veraniega, actuaron cantantes como Julio Iglesias, Raphael o Nino Bravo, entre otros.

Centro Teconológico El Angulo, en la actualidad/ Daniel Hernández
Centro Teconológico El Angulo, en la actualidad/ Daniel Hernández

Pero no es ese pasado romántico, de blanco y negro y con aroma de NoDo el que nos hace viajar hoy atrás en el tiempo. No. Hace casi tres décadas, y con los ecos de una multitudinaria manifestación por la autonomía aún sonando, se producía uno de esos acontecimientos que marcan a una ciudad para generaciones. Era una mañana, como estas que estamos viviendo, de lluvia fina. Y en el antiguo Ceutí de verano, el paisanaje distaba mucho de un concierto de boleros o acarameladas canciones.

Esa discoteca, abandonada, se había ido convirtiendo poco a poco en un gigantesco refugio para un grupo de subsaharianos como nunca habíamos visto en Ceuta. En su mayoría ruandeses (1994 fue el año del genocidio en el corazón de África: un millón de muertos a machetazos en seis meses por los conflictos entre hutus y tutsis), ya habían marchado ese verano hasta la Jefatura Superior de Policía pidiendo irse a la Península. Pero eso fue el preludio de una mañana lluviosa, con una actividad algo más frenética que en días anteriores en la pequeña 'ciudad del tejado' de la antigua discoteca.

Pasaban unos minutos de las 09.00 horas cuando comenzó la acción. Varios inmigrantes empiezan a lanzar piedras indiscriminadamente contra la carretera. La circulación queda, de momento, restringida, a una hora punta por la llegada a los colegios y entrada en los trabajos. Dos son los centros educativos que tienen que ser desalojados de inmediato: el 'Puertas del Campo' y el Sagrado Corazón, ubicado en lo que hasta hace unos meses fue una tienda de muebles y que junto al colegio Juan XXIII fue el germen del actual San Daniel.

No solo piedras: también cartones ardiendo, quincalla y, en la práctica, todo objeto susceptible de ser arrojado. Todos los efectivos policiales de la ciudad son desplazados al lugar, mientras se activa también a refuerzos venidos desde la Península. El objetivo es desalojar, cuanto antes, El Angulo e impedir que instalaciones sensibles como las gasolineras cercanas (la que aún existe y otra que  estaba en la Avenida Martínez Catena, en lo que hoy es un jardín con un monumento a los artilleros) puedan sufrir daños. Y, todo ello, mientras se trata de impedir también que los disturbios pasen de las Murallas Reales.

En ello se afanan no solo agentes policiales, sino también ciudadanos anónimos que no dudan en devolver parte de las piedras al icónico lugar. A media mañana, sin embargo, llega el momento de mayor tensión, cuando un policía cae fulminado al suelo. Ha sufrido un disparo en el pecho, lo que motiva su traslado para una rápida intervención al antiguo Hospital Militar. Acceder al centro de Ceuta y al antiguo Hospital de la Cruz Roja era en esos momentos poco menos que misión imposible. Afortunadamente, salva la vida pero nunca se supo quien disparó esa bala.

Recuento de heridos y detenidos en la Plaza de Santiago / Archivo-Juan Carlos Gil
Recuento de material  en la Plaza de Santiago / Archivo-Juan Carlos Gil

A media tarde, la situación está bajo control. Los antidisturbios se han desplegado prácticamente por todas las Murallas Reales y El Ángulo cede. Se hace recuento de heridos, decenas, por diversas contusiones y se desmantela el campamento de El Ángulo. Los inmigrantes se trasladan a Calamocarro, en una instalación proyectada para ser un albergue o un campo de golf -según el criterio del Gobierno local de turno- y que acabó convirtiéndose en un recurso de acogida previo a la inauguración del CETI.

Desde lugares como este, los antidisturbios tuvieron que disparar pelotas de goma / Dani Hernández
Desde lugares como este, los antidisturbios tuvieron que disparar pelotas de goma / Dani Hernández

El Ángulo ha ardido. Literalmente: en la Avenida de África, El Morro o Hadú llueve ceniza. Algunos grupos de inmigrantes son testigos del caos en la Comisaría del Colón, a donde se han dirigido a primera hora de la mañana conscientes de lo que iba a ocurrir y para mostrarse disconformes con ello. En los días posteriores, el ministro de Interior y Justiicia, Juan Alberto Belloch y el presidente de la Ciudad, Basilio Fernández, intercambian peticiones de dimisión. Poco a poco, El Ángulo y las Murallas Reales vuelven a la normalidad y apenas cuatro años después la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, inaugura la reforma del Complejo Monumental. Pero, desde aquella mañana, España y Europa saben muy bien que una cosa es la inmigración planificada y racionalmente ordenada y otra muy distinto lo que puede ocurrir con la descontrolada. Otra cosa es que hayan tomado nota...

El Ángulo: casi treinta años del caos que cambió la historia de la inmigración