El incendio del pasado mes de julio es, posiblemente, una de las noticias más tristes en lo que llevamos de año. Más de setenta hectáreas ardiendo, aún sin que se conozca el detonante, y la sensación de que uno de los dos pulmones de Ceuta había quedado prácticamente inutilizado para generaciones. Sin embargo, al estar en el Mediterráneo es posible que en la próxima primavera empecemos a ver algunas señales de recuperación, brotes verdes. Es el vaticinio de Xavier Santos: biólogo que trabaja como profesor en el Instituto “Les Corts” de Barcelona y con trabajos tanto con universidades de todo el país como con la portuguesa de Oporto.
Santos vuelve a Ceuta para conferenciar y desmontar algunos tópicos. Por ejemplo, que la mano del hombre esté siempre tras los incendios. En zonas absolutamente desérticas también hay incendios, y es cierto que el fuego forma, en según que ocasiones, parte de un proceso regenerador de la propia naturaleza.
Sin embargo, no cabe menospreciar el papel del ser humano. Por ejemplo: con los restos de combustibles que quedan en el campo a la hora de apagar el fuego, motivo por el que una zona puede volver a arder años después.
El hombre ha olvidado el campo y emigrado a la ciudad; utiliza el medio forestal solo para recreo o para construir lujosas viviendas. Nada que objetar, de no ser porque esas casas -dice Xavier Santos- no crean los cortafuegos habituales que si existían en tiempos en los que el hombre vivía del medio forestal. Y también las especies invasoras: no hay nada de malo en tener pinos o eucaliptus en una ciudad como Ceuta, pero no deja de ser recomendable tener controlado cuantos ejemplares y para que.
Santos ya colaboró con el Instituto de Estudios Ceutíes en los dos incendios producidos -2004 y 2015- en el Monte de la Tortuga. Su visita a Ceuta, aparte de para inspeccionar la zona devastada en julio, ha sido para una conferencia en la tarde de este lunes.
