viernes. 26.04.2024

 

 

Nuevamente, la considerada como una de las fechas principales en la historia de la Ciudad ha vuelto a pasar inadvertida. El 14 de agosto de 1415, tropas  comandadas por el Rey portugués Enrique el Navegante desembarcaban en Ceuta, haciéndose con el control de la ciudad -hasta entonces meriní- en cuestión de días. Una de las mayores tropas jamás reunidas, puesto que el Ejército lusitano empleó 45.000 soldados y más de doscientos barcos. La batalla concluía, justamente, tal día como este lunes hace 602 años.

 

No cabe, a la vista de los documentos históricos, interpretarlo como una batalla religiosa. Más bien de consumo interno -el concepto del honor heredado y merecido- en la convulsa Casa de Avis y, también, de planificación en la búsqueda con las Indias como objetivo. Los portugueses querían una base comercial con la que tratar de adelantarse a otras potencias en el comercio con Asia, ante la sospecha de que podía existir una ruta alternativa. Ruta alternativa que descubriría, el 14 de octubre pero  75 años más tarde, un tal Cristóbal Colón.

 

La "Tomada de Ceuta", considerada como el gran hito de la historia portuguesa, dejó huellas imborrables en la hoy Ciudad Autónoma. El Aleo, la bandera o el escudo; las Murallas Reales, la Iglesia del Valle o la advocación de Santa María de África. Y un protagonista esencial: Pedro de Meneses, que el 2 de septiembre se convertía en el primer gobernador de Ceuta con su inmortal frase: "Con este palo me basto", cuentan las crónicas que dijo cuando Enrique el Navegante le preguntaba que necesitaba para gobernar Ceuta.

 

Meneses se afincó en Ceuta; hasta el punto de que en la ciudad nacería su nieta, Santa Beatriz de Silva, uno de los personajes más importantes de la historia local. Con ese gesto de lealtad hacia el Rey portugués, lograba también  "limpiar" el honor de su familia, caída en desgracia en la Corte de Lisboa. No fue el único nombre propio de aquellos días: Luis de Camoens, considerado el escritor cumbre en lengua portuguesa, fue soldado en la "Tomada" y comenzó su obra magna, "Las Luisadas", precisamente en Ceuta. Hay teorías que apuntan que en esos días, y precisamente en Ceuta, nacía el fenómeno de la globalización.

 

La Asunción del Gobierno de Pedro de Meneses, el 2 de septiembre de ese mismo año, fue la fecha escogida por la corporación autonómica en 1997 para celebrar el Día de la Autonomía. Precisamente, un año más tarde se inauguraba la estatua del escultor vitoriano Casto Solano para tener presente siempre la figura del primer gobernador de Ceuta. El 600 aniversario de aquella conquista pasó con más pena que gloria, hasta el punto de tener más repercusión en Portugal que en la propia Ceuta, que años antes había creado una fundación "ex profeso" para conmemorar el evento. No faltó cierta controversia política, al acusar determinados grupos al Gobierno de pretender conmemorar una masacre

 

Un último apunte, en relación a Colón. El descubriría lo que Portugal no pudo encontrar, pero hay presencia "ceutí". Se da por seguro que en el cofre de su camarote particular llevaba un Ceitil, moneda acuñada por los portugueses para su uso exclusivo en Ceuta -y que algunos estudios históricos sitúan como la primera jamás usada en Canarias- y que buena parte de sus cartas de navegación estaban basados en los trabajos, casi quinientos años antes y por encargo para el Rey siciliano Roger II, del que posiblemente sea el ceutí más importante de todos los tiempos: el cartógrafo Abu Allah Mohammed Al Idrissi.

 

El aniversario de la "Tomada de Ceuta" vuelve a pasar desapercibido