viernes. 26.04.2024
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Aquel golpe de Estado de chirigota...

España conmemorará pasado mañana cuarenta años de un hecho traumático: el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Un momento que quedó en la memoria colectiva de muchos españoles. Y a pesar de la gravedad -innegable- del intento de asonada, con el paso de los años hemos aprendido poco menos que a tomárnoslo a guasa. Algunos, como el veterano carnavalero Antonio Martín García (Cádiz, 1950), confiesa tomárselo más en serio ahora que antes

"Militares con sombrero de torero interrumpen la sesión de investidura del presidente de España". Ese fue el titular con el que un periódico nórdico encabezó el 24 de febrero de 1981 la información referida al 'tejerazo' vividos horas antes. La historia es, o debiera ser, más o menos conocida: un grupo de agentes de la Guardia Civil, al mando del teniente coronel Antonio Tejero Molina, interrumpe la investidura del ex presidente Leopoldo Calvo-Sotelo, dando lugar a uno de los momentos más tensos de la democracia española.

Prácticamente, todos los que habían nacido en la época tienen recuerdos de qué estaban haciendo, con quien estaban o a qué hora se enteraron. Innumerables, tantos como españoles tenían uso de razón en aquel día de hace casi cuarenta años. En febrero. Un mes vinculado, indefectiblemente, a la guasa y a la crítica mordaz.

 

Este año nos falta el carnaval "y es una sensación rara", nos confiesa Antonio Martín García. Para los no iniciados, es el autor más premiado en toda la historia del carnaval gaditano. Y un hombre que, aquel día, estaba haciendo aquello por lo que ha entrado en la historia de su ciudad: presentar una comparsa. "Recuerdo que estábamos en camerinos del Falla, cuando alguien nos dijo por la radio lo que estaba pasando. Luego nos fuimos a cenar a un bar de alrededor, y estuvimos tan tranquilos".

 

 

Martín, a quien sus innumerables premios y finales le valieron la Medalla de Andalucía en 2019 o el Pregón del Carnaval en 1997 -entre otros reconocimientos- reconoce que "en ningún momento nos planteamos dejar de cantar". Es más "no era el día de la final, sino uno de preliminares. Al día siguiente, el concurso siguió y ya se palpó la guasa: un cuarteto entró con uno de sus miembros vestido de Guardia Civil e imitando a Tejero". Por cierto, que aquel año obtuvo el tercer premio con "Charlatanes de Feria", en un  certámen que ganó una de las mejores agrupaciones de la época: "Pregones", del fallecido Pedro Romero.

Sin embargo, reconoce que con los años ha ido siendo más consciente de la gravedad del momento. "Yo estudié en un colegio religioso, y no teníamos ni idea de nada de política. Luego, cuando empecé a trabajar, alguien me propuso figurar en la candidatura de las primeras Elecciones sindicales formando parte de la lista de la CNT. Yo era muy joven, pero a partir de ese momento empecé a tomar conciencia de lo importante que era consolidar unas libertades".

 

Unas libertades a las que ha cantado, año si año también, desde aquel momento hasta su retirada, en 2017. Y que admite no ve peligrar "pero tal y como está el patio últimamente, no descarto que algún loco como aquel intente hacer alguna locura". Y confiesa que lo peor que lleva es "la pandemia que nos tiene sin carnaval, sin viajar, sin poder tomarnos una copa con tranquilidad para brindar por Cádiz, la libertad y los amigos de Ceuta". Anotamos, pues, la sugerencia....

Aquel golpe de Estado de chirigota...