viernes. 26.04.2024

Tras el cierre de la aduana comercial de Melilla hace dos años, algo que Marruecos hizo sin informar a España, y que existía desde tratado hispano-marroquí de Fez de 1866, Melilla ha tenido que ingeniarse otras manteras de continua con este comercio internacional que suponía unos ingresos superiores a los 45 millones de euros anuales.

 

Según ha publicado El Confidencial, la solución de los empresarios melillenses pasaba por enviar la mercancía a Almería, para de allí enviarlas al puerto marroquí de Beni Enzar, que se encuentra junto a Melilla. Sin embargo, desde principios de mes, Marruecos, en su estrategia de asfixia a las ciudades autónomas, ha bloqueado también esa posibilidad.

 

El Confidencial recoge la denuncia de la Confederación de Empresarios de Melilla, en la que señala que “la aduana de Marruecos ya no acepta el formulario EUR-1, que certifica el origen europeo de la mercancía, si la empresa exportadora tiene su sede social en la ciudad autónoma. Previsto por el Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Marruecos, ese certificado da derecho a una importante rebaja e incluso a una exención de aranceles para las mercancías europeas”

 

De esa forma se trata a los envíos melillenses como no europeos, sometiéndolos a aranceles muy superiores, encareciendo la mercancía y, por tanto, impidiendo que Melilla pueda vender sus productos, al tener que competir con otros muchos más baratos.

 

El Confidencial ha recordado que, en el momento del cierre de la aduana, el Gobierno español no protestó convocando, por ejemplo, al embajador marroquí en Madrid o llamando a consultas a su embajador en Rabat. Ni siquiera la diplomacia española redactó una nota verbal de protesta.”

 

Entre el resto de medidas que ha tomado Marruecos, de “acoso” a Ceuta y Melilla, podemos citar que al cierre de las fronteras por la crisis del Covid, se permitió la salida por los pasos terrestres de algunos marroquíes atrapados en ambas ciudades, mientras que, sin objeción de España, se obligó a ceutíes y melillenses a desplazarse kilómetros hasta Tánger, para tener que viajar a Málaga, y posteriormente y con el coste económico significativo que implica, tener que desplazarse de nuevo hasta sus ciudades, en lugar de permitirles, al igual que los marroquíes atrapados, cruzar unos centenares de metros para volver a sus casa por las fronteras.

 

O la decisión unilateral de Rabat, que también cita El Confidencial de ampliar las aguas territoriales marroquíes incluyendo dentro de sus límites las de Canarias, Ceuta y Melilla, que el país alauita no reconoce. O impedir la exportación de pescado fresco a Ceuta, o un largo etcétera, cuyo único fin, reconocido en sede parlamentaria marroquí por el ministro de Exteriores, Mohamed Benchaaboun, en respuesta a una pregunta de un diputado, cuando declaró que "recientemente se han tomado una serie de medidas para reducir las operaciones de contrabando que representan una amenaza para la salud de los ciudadanos, contribuyen significativamente a la depresión de un grupo de empresas nacionales y perjudican el presupuesto estatal"

 

Una respuesta en consonancia con los diarios oficialistas marroquí que insistentemente denominan a las dos ciudades autónomas españolas “territorios ocupados” , parte del relato nacionalista marroquí que no corresponde a la realidad histórica. Ceuta y Melilla, han estado vinculadas a la península incluso en tiempos de Al Andalus, y como parte, primero del Reino de Portugal, hace 600 años, y posteriormente, mediante plebiscito y por decisión de los ceutíes a España, lo que trasciende por siglos la formación del Reino de Marruecos actual, en 1956, o de la dinastía alauita de 1.666.

Marruecos veta las exportaciones de Melilla, también a través de la Península