Los conductores de los autobuses no están tranquilos, pero han aceptado el compromiso de la empresa para reforzar la seguridad con la instalación a corto plazo de cámaras de seguridad que monitorizaran la parte posterior de los vehículos para evitar las agresiones o los actos vandálicos.
Se ha tomado la decisión de controlar la presencia de las Brigadas Cívicas en el interior de los autobuses, que hasta ahora ofrecían garantías para conductores y viajeros de cierta seguridad.
Finalmente la empresa trasladará a la Consejería de Gobernación una petición para que sitúen una patrulla en la zona más conflictiva durante la media hora de mayor incidencia.
El comité de empresa ha denunciado frecuentes problemas con alumnos a la salida de los institutos, y reclaman que se trabaje desde la Educación como primera medida de prevención, creando conciencia del problema.
Los conductores no quieren que se repita el incidente con el spray de pimienta, que aunque no ha dejado secuelas, fue un hecho de gran gravedad.