sábado. 27.04.2024

“Mi mochila no se la come el gallo ni la gallina, solo mi barriga”. Un año más miles de ceutíes han celebrado una de sus tradiciones más arraigadas, el Día de la Mochila, una cita con la naturaleza que se remonta al siglo XIX y que ha tenido como protagonistas durante años a los frutos secos.

 

Pero las tradiciones cambian y a las habituales castañas, cacahuetes, almendras y nueces, en esta nueva época se suman las tortillas caseras, las empanadas, las aceitunas e incluso las paellas, cocinadas en el propio merendero.

 

Los hay profesionales y con tiempo libre, como algún grupo de jóvenes que permanece en el monte de García Aldave desde el pasado jueves y ha trasladado al mismo prácticamente toda su vida, pantalla de plasma y videoconsola incluida, para pasar una semana diferente a las demás, rodeados de la naturaleza pero sin abandonar la vida moderna.

 

Familias, personas mayores y adolescentes, estos últimos en menor cantidad que hace algunos años, componen el retrato de los montes de Ceuta en este 1 de noviembre. Un Día de la Mochila a medio gas, marcado por las lluvias intermitentes, el festivo entre semana (y sin puente) y una fiesta importada, Halloween, que resta año a año más adeptos a una de las fiestas que han marcado la vida de la ciudad durante años.

Miles de ceutíes disfrutan de una mochila a medio gas, marcada por el mal tiempo