miércoles. 08.05.2024

Pocos capítulos de la religiosidad por parte de las distintas confesiones que viven en nuestra ciudad pueden servir como paralelismo de la esperanza, de la necesidad de salir adelante, de la convicción de que lo mejor está siempre por llegar, que el Diwali. El triunfo de la luz sobre las sombras, la victoria de la claridad sobre las tinieblas.

No es sólo la jornada más importante -que lo es- para las personas de religión hindú, hasta el punto de que los libros de contabilidad se cierran en India en estas fechas. Es una celebración que se ha ganado ya, y a golpe de años de convivencia, un hueco entre los ceutíes, con independencia de su credo.

Por ello, el templo hindú ha acogido en la mañana de este lunes un aarti. Una ceremonia en la que se ofrecen a los dioses una serie de manjares y se les pide la bendición y protección. Este aarti ha sido popular: sin autoridades ni más invitado que todos los ciudadanos que quisieran acercarse.

Todo ello como punto -casi- culminante al Diwali, que ahora si llega con una situación plenamente normalizada en cuanto a la pandemia por primera vez en casi tres años. Lo dicho: pocos paralelismos tan hermosos con la vida terrenal como el triunfo de la luz sobre las sombras.

Un aarti popular para celebrar el triunfo de la luz sobre las sombras