La falla de Averroes, en pleno Mar de Alborán, ha sido objeto de un interesante trabajo por parte del Centro Superior de Investigaciones Científicas, que tiene reflejos en publicaciones de ámbito internacional como Scientific Reports. El trabajo en cuestión señala que las fallas de salto en dirección tienen más potencial para generar tsunamis costeros de lo que se creía hasta ahora. Además, desvela las zonas costeras próximas que podrían verse afectadas por la llegada de olas de tsunami, así como la magnitud que podría alcanzar la inundación.
Según señala Ferrán Estrada, del CSIC, " estas olas gigantes pueden representar una amenaza para las poblaciones costeras, dañar infraestructuras marinas y terrestres, y provocar una crisis económica y medioambiental. Estos resultados resultarán vitales para mejorar las medidas de planificación encaminadas a la mitigación del impacto de un posible tsunami”.
Gracias "a un modelo matemático de la deformación del suelo marino, el equipo de investigadores ha calculado el comportamiento de las masas de agua del Mar de Alborán en caso de un nuevo episodio sísmico en la falla. Según esta simulación de escenarios posibles, las olas de tsunami se propagarían en dos ramales principales y alcanzarían e inundarían sectores densamente poblados de la costa sur de España y del norte de Marruecos. Estas olas podrían alcanzar los seis metros de altura y tardarían en llegar a la costa entre 21 y 35 minutos". En el caso de Ceuta, el tiempo estimado sería, exactamente, de media hora.
La utilidad práctica de este estudio radica, como decíamos, en los modelos de planificación del desarollo de estas ciudades. Estrada admite que " son episodios demasiado rápidos para que los sistemas de alerta temprana actuales funcionen con éxito. Estos hallazgos indican que el potencial para generar tsunamis de las fallas de salto en dirección debe tenerse en cuenta para la reevaluación de los sistemas de alerta temprana de tsunamis”.
En el caso de la Falla de Averroes " presenta, en su extremo noroeste, un salto vertical de hasta 5,4 metros que habría generado un terremoto de magnitud 7. Hemos estudiado la actividad de la falla de los últimos 124.000 años y, según registros históricos, el último terremoto generado por esta fractura pudo haber sido en el año 365 de nuestra era”