El cierre de la frontera, del que hoy se cumple un año, ha supuesto un auténtico varapalo para la economía de nuestra ciudad y muy especialmente para la economía de las localidades vecinas situadas en el lado marroquí de la frontera. Un golpe motivado por la imposibilidad de los miles de trabajadores que cada día transitaban desde Marruecos a Ceuta para prestar diferentes servicios en la ciudad, en su mayor parte empleadas del hogar, que llevan un año sin poder acudir a los que hasta aquel momento eran sus puestos de trabajo.
Con cifras en la mano, un total de 1.440 extranjeros han sido dados de baja en la Seguridad Social en Ceuta en el último año, desde marzo de 2020 hasta marzo de 2021. De ellos, explican fuentes de la Delegación del Gobierno en nuestra ciudad, en torno al 90 por ciento son trabajadores transfronterizos que han sido dados de baja de la Seguridad Social como consecuencia del cierre fronterizo a causa de la pandemia.
Pero, sin duda, si hay un colectivo afectado es el de las empleadas del hogar. Un 50 por ciento de las bajas de extranjeros registradas por la Seguridad Social corresponden a este colectivo. Empleadas que desde el 13 de marzo del pasado año no pudieron regresar a los hogares en los que diariamente prestaban su servicio.
Una realidad que, como saben y les hemos venido contando, está teniendo repercusiones al otro lado de la frontera, donde cada viernes desde hace semanas se reproducen concentraciones reivindicando la reapertura del Tarajal. Por parte de Marruecos, en las últimas semanas, se ha tratado de paliar la situación por la que atraviesan estas mujeres, ofreciéndoles contratos de trabajo. Una solución que, por el momento, parece no terminar de satisfcer a quienes prestaban sus servicios a familias ceutíes.
