lunes. 06.05.2024
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Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra: compañerismo y solidaridad hasta el final

Pocas instituciones representan tan bien los valores de nuestras Fuerzas Armadas como el Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra, una institución destinada a velar por el futuro de los hijos de los militares fallecidos y que en Ceuta atiende a 50 huérfanos, 14 de ellos con discapacidad. De este Patronato hablamos con su Jefe de Representación en Ceuta, el coronel José Faura, y con tres personas que en algún momento de sus vidas han sido beneficiarias del mismo ¡No se lo pierdan!

 

Poco tienen que ver, a priori, un coronel retirado de 91 años, una joven maestra, de 24, y una estudiante de electromecánica, de 22, y, sin embargo, la vida y las circunstancias han llevado a que el coronel Luis Manso, María del Carmen Fortes y Yasmina González se conviertan en protagonistas de esta historia y compartan espacio en estas líneas. Unas líneas que, en este caso, muestran uno de los aspectos más desconocidos del Ejército en nuestra ciudad y que, sin embargo, desarrolla una labor vital: el Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra.

 

Un patronato que, tal y como nos cuenta su Jefe de Representación en Ceuta, el coronel José Faura, tiene su origen oficial en el año 1871, cumpliendo en este 2021 150 años de historia. Una historia que, sin embargo, se remonta más allá, ya que desde tiempos inmemoriales el Ejército ha cuidado de los huérfanos de sus caídos, si bien este apoyo y cuidado no se institucionaliza hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando el final de la tercera Guerra Carlista y el inicio de las revueltas en Cuba y Filipinas, con la gran pérdida de vidas humanas que implicaron, llevaron a poner en marcha este Patronato.

El Patronato de Huérfanos ha evolucionado con los tiempos y se ha convertido en sostén para las familias de los militares fallecidos, fueran cuales fueran las circunstancias de su fallecimiento. Y precisamente esa es la situación dramática de la vida que une los destinos del coronel Manso, de María del Carmen Fortes y de Yasmina González: los tres vieron fallecer a sus progenitores siendo niños o jóvenes y los tres recibieron el apoyo del Patronato.

 

En el caso del coronel Manso, un apoyo que se producía tras la muerte del padre en la guerra y que le llevaba a trasladarse desde Toledo hasta Valladolid para ingresar en el colegio para huérfanos que sostenía el Patronato. Ese fue su primer destino, pero no el último, desde allí partiría primero al nuevo colegio que se construyó en los años 40 en Caranchel Bajo y, posteriormente, al colegio de Carabanchel Alto, donde preparó su entrada en la Academia General Militar para seguir la senda del padre fallecido cuando apenas tenía seis años.

Unos colegios donde los pequeños vivían prácticamente todo el año, marcados por la disciplina, los horarios y el estudio como objetivo principal. Con dormitorios compartidos, camas litera y buena comida para las circunstancias de la época, tal y como explica el coronel Manso, que, pese a sus 91 años, recuerda todos y cada uno de los detalles de aquel tiempo.

Un tiempo que le permitió ingresar en la Academia y posteriormente poder devolver parte del apoyo que él había recibido, colaborando altruistamente, ya en Ceuta, cuando tras la independencia de Marruecos y la desaparición del Protectorado se instalaron en nuestra ciudad un elevado número de viudas y huérfanos. Eran aquellos los tiempos de las verbenas de las viudas, cuya recaudación, recuerda el coronel Manso, se destinaban a estas familias.

 

Mucho ha cambiado España y su sociedad desde entonces, también el Ejército y, como no podía ser de otra manera, las entidades vinculadas al mismo, como el Patronato de Huérfanos. Un Patronato que si bien tiene poco que ver hoy en día con las vivencias del coronel Luis Manso, sí conserva cierto espíritu de apoyo y solidaridad que las nuevas generaciones perciben. Así lo cree María del Carmen Fortes que recién entrada en la veintena sufría la pérdida de su padre.

Una pérdida dolorosísima pero que va más allá, algo, ha explicado, de lo que no se dio cuenta hasta que sucedió y que pasaba por la terrible realidad no solo de perder a su padre, sino la posibilidad de que con su muerte pudiera perder también su vocación, la de ser maestra. Gracias al apoyo del Patronato, sin embargo, ha podido seguir estudiando y formándose, trabajando para lograr su sueño, conseguir una de las plazas en disputa en las próximas oposiciones al Cuerpo de Maestros, previstas para el próximo año.

Pero este apoyo es aún mayor, y así lo cuenta a Ceuta Televisión Yasmina González, que perdió a su padre siendo una niña de apenas 9 años. Desde entonces, el Patronato la ha apoyado no solo para salir adelante económicamente o a través de sus estudios, sino también moralmente. Tanto es así, cuenta, que a ella lo que le hubiera gustado es poder devolver todo ese apoyo desde dentro del Ejército, algo que debido a su talla no puede hacer. El Patronato, resume, ha sido para ella como un padre, algo que agradece de todo corazón.

Tanto Yasmina como María del Carmen siguen percibiendo las ayudas que otorga el Patronato de Huérfanos, cuya edad límite son los 25 años, existiendo una prórroga de 2 años más, hasta los 27, para los universitarios.

En el caso de las personas con discapacidad superior al 65 por ciento ese apoyo se mantiene durante toda la vida.

 

Tal y como explica el coronel Faura, responsable del Patronato en Ceuta, en la ciudad se atiende a día de hoy a 50 huérfanos, de ellos 14 se encuentran en esa situación de discapacidad.

Un Patronato que esta compuesto por un órgano director, que está en Madrid, auxiliado por 19 representaciones en las diferentes autonomías. El mismo tiene unos asociados, que son los generales, oficiales, suboficiales y tropa, y unos beneficiarios, que con los huérfanos de los miembros del Ejército.

 

Además, tal y como ha explicado el coronel Faura, si hay personal civil que quiere colaborar con su labor, puede hacerlo. Para ello solo tiene que hacerse socio voluntario de la entidad y aportar, como benefactor, los recursos económicos que considere oportunos, para ello tendría que asistir a la sede del Patronato en Ceuta, desde donde se tramitaría esta solicitud.

 

Y es que, tal y como recuerda el propio representante del Patronato en Ceuta, es una asociación benéfica particular, adscrita al Ministerio de Defensa, es decir, una asociación sin animo de lucro, que no recibe fondos del Estado y que para cualquier adquisición, venta o cesión de bienes necesita la autorización del Ministerio.

Una entidad benéfica que vuelve a poner sobre la mesa uno de los valores más característicos de las Fuerzas Armadas de nuestro país: el compañerismo y la solidaridad, de los que este Patronato de Huérfanos es la prueba viva más evidente.

 

Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra: compañerismo y solidaridad hasta el final