Internet y las redes sociales o de mensajería intantánea pueden dar lugar a cosas verdaderamente evocadoras: encontrarnos con viejos amigos de los que no sabíamos nada, enviarnos hermosos poemas o simpáticos vídeos de gatitos o nuestros hijos, formarse o incluso trabajar. Sin embargo, hay gente que hace de estos instrumentos una herramienta para confundir, manchar, desprestigiar a un colectivo y generar crispación entre una ciudadanía cada vez más acrítica con estas prácticas.
El último bulo hace alusión a un supuesto brote de coronavirus en el Tercio Duque de Alba II de la Legión, detectado en las últimas horas y convenientemente ocultado por los mandos castrenses. Incluso, la Legión estaría siendo desinfectada en estos momentos por especialistas para evitar la propagación del virus.
De entrada, la mentira de marras señala que hay once casos en activo de COVID-19 -desde la semana pasada el máximo han llegado a ser 9- y el supuesto legionario se lamenta de que "podemos ser el foco de una infección para toda la ciudadanía". Comandancia General de Ceuta ha aclarado que no solo no hay casos de coronavirus, sino que simplemente y como en otras unidades de las Fuerzas Armadas o instituciones públicas,se ha realizado una encuesta epidemiológica. La supuesta información apunta a que la mitad de la Legión destinada en Ceuta padece el coronavirus.
Concreta, y textualmente, el organismo castrense dice: Dentro del estudio del personal implicado en la operación Balmis se están realizando tests rápidos por parte de la jefatura de sanidad de la COMGECEU. Los resultados que se obtienen serán analizados mediante tests PCR En ningún caso los resultados indican que se tengan que tomar medidas más allá de los protocolos y prevenciones indicados por el Ministerio de Sanidad Estos test rápidos no tienen validez como diagnóstico y forman parte de un estudio epidemiológico y de seroprevalencia, que es lo que está llevando a cabo".
Una nueva invención, pues, que lo único que hace es generar confusión, nerviosismo y ansiedad. Algo en lo que, como otras tantas cosas, tampoco hemos cambiado como sociedad tal y como nos esperanzábamos al principio de la crisis.
