A pesar de la histeria, de la incertidumbre y del nerviosismo, o precisamente por ello, en crisis como la que estamos viviendo siempre surge un momento para la ternura, para aislar a los niños de una realidad que nos es difícil entender a los mayores.
Carmen es una pequeña de seis años a la que se le ha caído un diente. Y eso equivale a una mágica visita, la del Ratoncito Pérez. Pero consciente de que algo pasa, la pequeña se inquietó, con lógica, al pensar que el mítico roedor no podría llegar a su casa.
Su madre, ni corta ni perezosa, escribió un tweet a la Guardia Civil. Y el Instituto Armado ha respondido diciendo que no solo no va a tener ningún problema, sino que los agentes de la Benemérita escoltarán al Señor Pérez al objeto de acercar su merecido regalo a la "recién mellada". Ya lo decía un anuncio hace tiempo: algún día, la ternura moverá el mundo.
