La primera herencia portuguesa
Del mismo modo que la historia (o, mejor dicho, un genio llamado Frank Miller) exageraba al decir que el Rey Leónidas enfrentó a las tropas persas con 300 soldados -las tropas griegas eran inferiores, pero 300 eran los miembros de la Guardia personal del Rey de Esparta-, lo hace con las condiciones con las que Pedro de Meneses dijo bastarse para gobernar Ceuta.
No negamos aquello de que "con este palo me basto", pero aquel noble caído en desgracia ante la Casa de Avis tenía algo más que un cayado para gobernar Ceuta y limpiar las deudas de su familia. Posiblemente, en el momento de aquella histórica frase rodearan a Meneses un grupo de hombres, algo más de tres centenares, de la mar que formaron el primer destacamento de una unidad que aún pervive: la Compañía del Mar
Pasear por la exposición que hoy ha inaugurado el comandante general, Marcos Llago, en el espacio expositivo de la Biblioteca Militar es hacerlo por la propia historia de Ceuta. No sólo de la Compañía del Mar, sino de todo lo que ha ocurrido desde 1415. Con especial énfasis, y de ahí la exposición, en la participación en un hecho del que están a punto de cumplirse cien años: el Desembarco de Alhucemas. Con una curiosa historia, además, poco conocida. Los barcos utilizados para el primer desembarco mixto (tierra, mar y aire) de la historia fueron los mismos con los que fracasó la armada británica en Gallipoli. España los compró, casi a precio de saldo, los restauró y esos mismos navíos fueron los que en 1925 protagonizaron una gesta que, como recordábamos ayer, inspiraron veinte años después aquel crucial desembarco en Normandía. Las fotos que pueden verse en la exposición no son de Omaha; lo son de maniobras preparatorias en el antiguo Protectorado. También se asoman algunos personajes cruciales en la historia reciente de Ceuta. Por ejemplo, Antonia Castillo. La primera mujer colegiada como médico en la Ciudad Autónoma fue la encargada de entregar una bandera de la época a la Compañía, de ejercer como madrina y entregarles esa enseña republicana que puede contemplarse en la muestra.
Como también vehículos serigrafiados con el logo de las Naciones Unidas. De la Compañía del Mar participando en las primeras misiones internacionales en la antigua Yugoslavia, de la inauguración de la Avenida Compañía del Mar con una parada militar dirigida por uno de esos curiosos personajes con los que, de vez en cuando, nos deleita la historia: el hombre que de haber ganado los Austrias la Guerra de Sucesión (con u y no con dos e) habría sido Rey de España, pero que acabó siendo jefe del Cuarto Militar de un Borbón: Gonzalo Rodríguez de Austria, compañero de armas de Juan Carlos I y comandante general hasta 1998.
Hasta llegar a esos momentos, también, otros de importancia sentimental. Por ejemplo, el nombramiento de la Virgen del Carmen como patrona de la Marina de Guerra en 1901.
Un trabajo, destacaba el coronel al mando, de recopilación histórica bastante recomendable y que no habría sido posible sin el trabajo del teniente coronel Tamame, que mandó la Unidad, y del cabo -ya en la reserva- Miguel León Pérez. Auténticas cajas negras de la Compañia del Mar; la primera herencia portuguesa de Ceuta.