Perros, gatos y canarios acuden a la iglesia: San Daniel también bendice a la familia animal
Muchos devotos han acudido a las puertas del santuario de Santa María de África para que el patrón de Ceuta consagre a sus compañeros, a los que consideran mucho más que mascotas.
“Si yo voy a la iglesia mis perros también, venimos toda la familia”, la lógica de Fernando Muela es incontestable. La comparten muchos de los que en la mañana de este domingo se han acercado a las puertas del santuario de Santa María de África para que San Daniel bendiga a sus mascotas. Aunque estos animales son mucho más que eso.
“Cualquiera que me conozca, si me ve sin mis perros, me pregunta por los niños, porque ellos son como mis hijos”, cuenta la orgullosa ‘mamá’ de Goku y Boy, Esperanza Montes, una joven entusiasta de los animales que no se pierde una bendición. Hoy era una de las primeras en llegar a la plaza de África.
A sus pequeños perritos de seis y once años no les falta de nada en el día a día, incluso celebran sus cumpleaños con fiesta en la piscina y tarta junto a sus amigos perrunos; participan en la vida familiar como uno más, por eso, Montes es de las que aboga por normalizar que los peludos -independientemente de su tamaño- puedan entrar libremente para celebrar las Eucaristías junto a sus humanos.
Opina igual Muela, mientras espera con Pepe y Baloo, dos perros salchicha hermanos de tan solo tres meses que apenas levantan un palmo del suelo. Troy, su otro perro de 17 años se ha quedado en casa, le tocaba darle el relevo a lo más pequeños para iniciarse en la vida religiosa, aunque uno de ellos no es suyo, pero lo cuida como quien ejerce de canguro para un ser querido. “No pensaba tener ni siquiera un segundo, yo ya no quiero más”, cuenta con una sonrisa mientras le quita un palito de la boca a uno de los bebés, que todavía “es una aspiradora”. Es una responsabilidad que en realidad no le pesa.
Los perros no son los únicos que acuden a la llamada del Señor en Ceuta. A ellos se les sumaban hoy un canario y dos gatos, Romeo y Martín, también hermanos. Llevan poco tiempo en la familia Cardial Macías, pero Isabel y su hijo Mario no dudaron en cargar con en sus respectivos transportines hasta el santuario para su primera bendición, sorteando todo tipo de inconvenientes: desde el peso de la caja hasta el mareo de uno de los mininos, que una vez recuperado se prestó incluso a posar para las fotos.
A pesar de sus once años también se estrenaba frente a San Daniel Cosita junto a María Alba Vega, quien entiende que esas gotas de agua bendita suponen un "bautizo" para su compañero, igual que el que tuvo ella. Su perro no merece menos. Al fin y al cabo, es familia.