TOKIO 2021

La "pionera" Biles, un profesor de Ceuta y la maldición de Bella Guttman

Los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 estaban llamados a ser los de Simone Biles. Sin embargo, la gimnasta estadounidense se irá del país del sol naciente sin medallas, pero retirándose y escribiendo el gran titular de las Olimpiadas. No por una lesión física sino porque su mente, sencillamente, decidió parar. El 'caso Biles', que analizamos con la psicóloga Ana Belén Núñez, ha hecho viral una cruda historia contada por el profesor ceutí Rafael Morata a través de Twitter sobre su depresión.

Probablemente, desde aquella Nadia Comaneci de Montreal 76 ninguna gimnasta había llamado tanto la atención como ella, llamada a ser la 'Reina de Tokio' en estos Juegos Olímpicos. Y en efecto, Simone Biles ha logrado ser el gran nombre propio de estas Olimpiadas, pero no por un nuevo récord o por una colección de medallas. Antes de la prueba por equipo, Biles se retiró. Mentalmente, no se sentía capaz de afrontar el ejercicio final, para el que se había preparado junto a sus compañeras durante meses. 'Petó', como suele decirse coloquialmente.

Biles no se presentó ni a esa ni al resto de pruebas, renunciando a defender su título de reina de la gimnasia. Sabido es que el deporte a nivel de élite exige no sólo destreza o un estado de forma física diferente al del resto de los mortales, sino también sangre fría e inteligencia en los momentos decisivos: Andrés Iniesta viene repitiendo desde hace once años que, mientras el 'Soccer City' de Johannesburgo rugía, el oía el silencio a la hora de marcar el gol de nuestras vidas. Un Iniesta que, por cierto, en los meses previos padeció también un principio de depresión, por una serie de contingencias personales y la muerte de su amigo Daniel Jarque.

Iniesta, leyenda del Barça, debutó en el primer equipo culé en la temporada 2002-03. Ese año, defendía la portería blaugrana Robert Enke, un portero alemán que acabó quitándose la vida seis años después. Y al malogrado guardameta de Fenherbace, Tenerife o Benfica -luego diremos algo de las águilas- se refiere Ana Belén Núñez, psicóloga, gerente de ACEFEP y asesora de la Federación de Fútbol de Ceuta. Recuerda que "fue un futbolista internacional, y que se termina quitando la vida. Son sus familiares quienes acaban contando cual fue su nivel de sufrimiento. Incluso sus familiares cuentan que antes de una convocatoria con la selección alemana, estuvo a punto de dar una rueda de prensa para decir que renunciaba para ingresar en un centro psiquiátrico. No lo hizo por la presión enorme que se sufre a esos niveles". Enke acabó suicidándose en 2009, con una depresión agudizada por el fallecimiento de una hija de un par de años. Camino parecido al que emprendieron, en el ciclismo, gentes como José Maria "El Chaba" Jiménez, Marco Pantani, Luis Ocaña o Thierry Claveyrolat.

Por ello, Núñez considera que "Simone Biles ha sido una pionera, pero no tanto por los problemas que padece, sino por el momento y el foro en el que toma la decisión, y por las expectativas que no solo Estados Unidos sino el mundo entero tenían sobre ella. Estamos hablando de una deportista conocida, pese a no practicar una modalidad tan popular como pudiera ser el fútbol. Esto es infinitamente más común de lo que pensamos".

Biles se ha entregado a uno de los deportes más exigentes: las gimnastas suelen ser muy jóvenes, prácticamente niñas, cuando compiten al máximo nivel. Sobre el papel de los padres "siempre intento transmitir la idea a los entrenadores de que cuando hablamos de gente muy joven, hablamos de la formación. Cuando hablamos de deportistas profesionales, lo importante es lo que no se ve. La gente entiende que todo el mundo tiene una lesión en la rodilla, pero no todo el mundo asume que puedas tener una lesión en la mente. Esto también vale para los padres y madres. Y también hay que entender que triunfar a nivel profesional en el deporte hay gente a la que hace feliz, y a la que no le compensa, no le hace feliz, ese esfuerzo físico y mental para ser un deportista de élite". Aquella frase de "si quiere un campeón en la familia, entrénese y deje que su hijo juegue y sea feliz", que ha hecho famoso el Belgrano Esquel argentino.

El 'caso Biles' (que salvo alguna opinión muy puntual ha recibido el apoyo generalizado del deporte y los medios de comunicación) ha servido para rescatar y hacer viral un hilo de Twitter, sobre la depresión en primera persona. Lo ha hecho alguien de Ceuta: es el profesor  Rafael Morata, conocido socialmente por sus años de militancia en el PSOE y en la UGT o por ser el organizador del ciclo de cine de la Biblioteca Pública del Estado "Adolfo Suárez". Morata se ha encontrado con fuerzas para contar su experiencia con la depresión durante esta semana: depresión originada por el vértigo a fracasar desde su labor de una Jefatura de Estudios a la que tuvo que renunciar. Lo ha contado, crudo y sin edulcorantes, en un hilo en Twitter que, incluso, ha llamado la atención de medios de comunicación nacionales.

Y para terminar, una de las historias más conocidas del deporte mundial: la maldición de Bela Guttman. Recapitulemos. Un exitoso entrenador húngaro, capaz de armar un equipo de ensueño que derrota al Real Madrid de Di Stéfano y convierte al Benfica en bicampeón de Europa. Guttman pide una renovación al alza y la directiva de las "águilas" se lo niega. Lanza una profecía que, hasta este momento, se viene cumpliendo a rajatabla: "Sin mi, el Benfica no ganará una final europea en 100 años". Cincuenta y nueve años después de aquello, los portugueses han perdido las ocho finales continentales disputadas, muchas de ellas en la más emocionante y cruel manera de resolver un partido de fútbol: la tanda de penaltis. ¿Esoterismo o miedo colectivo al fracaso en un equipo en el que, recordemos, han jugado desde entonces y entre otros Eusebio, Rui Costa, Chalana, Maniche, Aimar o Di María?. Núñez lo tiene claro: "lo segundo, sin duda alguna".