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Gustavo Rodríguez, la satisfacción del deber cumplido tras 30 años examinando del carnet a los ceutíes

Gustavo Rodríguez, examinador de Tráfico durante los últimos 30 años, se ha jubilado / Laura Ortiz

Se jubila una institución. Tras 30 años examinando del carnet de conducir a los ceutíes, Gustavo Rodríguez dice adiós a sus quehaceres laborales con la satisfacción del deber cumplido y con cientos de anécdotas para el recuerdo. “me he dedicado con seriedad, responsabilidad y honradez a mi trabajo”.

Si usted que nos lee se ha sacado el carnet de conducir en Ceuta, seguro que lo conoce. Gustavo Rodríguez atiende a www.ceutatv.com este lunes, después de haber celebrado este sábado la despedida por su jubilación. Una jubilación merecida, tras 30 años examinando a los ceutíes que deseaban sacarse el carnet de conducir y que supone iniciar una nueva etapa, como el mismo confiesa. “No deja de ser un trance y dices ¿ahora qué hago?”, confiesa, aunque está seguro de que no le va a faltar entretenimiento, especialmente, señala, porque tiene una familia joven y una hija de 3 añitos a la que ahora, sin la presión del horario laboral, va a poder prestarle toda la atención del mundo.

Se jubila con la satisfacción del deber cumplido y con la tranquilidad de haberse dedicado a su trabajo “con seriedad, responsabilidad y honradez”. Y es que, como dice el refrán, la mujer del César no solo debe serlo sino parecerlo, y eso es vital cuando uno se dedica a una profesión como la suya. “Tienes que demostrar que eres honesto, siempre hay problemas con los exámenes”, señala, y han sido varias las ocasiones en las que se han puesto en marcha operaciones policiales para poner fin a tramas relacionadas con filtraciones. Eso, explica, hace que sea necesario extremar la responsabilidad y la honradez.

Rodríguez ha pasado 30 años viendo cómo los ceutíes se preparaban para conducir y ha visto también los cambios sociales por los que ha atravesado la ciudad. Así, explica, se ha rejuvenecido la población que se examina. Y es que, señala, cuando él empezó, allá por el año 1994, “todavía había mucha gente que no tenía el permiso de conducir, la autorización administrativa, porque como tampoco era delito, la gente se arriesgaba a conducir sin ella”. Cuando la norma cambió y se consideró delito, señala, fueron muchos los que acudieron a sacarse el permiso, examinando gente, subraya, de hasta 70 años. Entonces había mucha gente mayor, algo que es menos habitual a día de hoy cuando quienes se examinan son sobretodo jóvenes y, especialmente, mujeres.

Enfrentarse al examen del carné de conducir es, sin duda, uno de los trances que más nerviosismo generan entre los aspirantes, algo de lo que los examinadores son perfectamente conscientes y uno con los años de experiencia de Gustavo Rodríguez más aún. Es por eso que insiste en que “cuando llega al examen, el examinador lo que pretende es calmar la tensión de los aspirantes, que están súper nerviosos”, unos nervios que a veces generan confusiones comunicativas, que dan para cientos de anécdotas, por lo que los examinadores se preocupan por “dar las instrucciones claras y con suficiente antelación para que que no se produzcan errores por falta de comunicación”. Y es que, asegura, “intentamos por todos los medios que aprueben”, otra cosa es que no pueda ser.

Y ejemplos de esos no puede ser, también tiene algunos, como el de un hombre que quería sacarse el permiso de conducir para comprarse un todoterreno y llevar a su mujer de viaje a Marruecos, “perdió el teórico tres veces”, recuerda, y no llegó a aprobar, al menos con nuestro protagonista examinándole. Anécdotas tiene muchas, de las malas y de las buenas, como aquella vez que “intentaron matarme a pedradas por una calificación con la que no estaba de acuerdo el aspirante”, algo de lo que prefiere olvidarse para centrarse en los buenos momentos y sobretodo en la colaboración que siempre ha tenido de los profesores “de eso estoy muy contento y muy satisfecho”.

La misma satisfacción que le genera que sus examinados se acuerden de él, “examinadores en Ceuta somos muy pocos, y examinamos a casi todo el mundo, nos convertimos casi en una institución”. También, confiesa, se fija en cómo van conduciendo, en sin ponen los indicadores, etc, es deformación profesional, la de toda una vida dedicado a comprobar que los aspirantes conducían como es debido.

Respecto a cómo conducen los ceutíes, es optimista y señala que “la verdad es que se va mejorando, sobretodo en la utilización de las rotondas” y hace un llamamiento a la responsabilidad, especialmente respecto al uso del móvil “es muy peligroso, se pierde la atención durante unos segundos y se produce un accidente”.

Gustavo Rodríguez seguirá ahora observando los toros desde la barrera, como conductor, en este nuevo periodo de su vida, el de la jubilación, en el que desde www.ceutatv.com le deseamos toda la felicidad del mundo.