La madrugada de ayer fue testigo de un nuevo episodio de presión migratoria en la frontera de Ceuta, particularmente en la playa del Tarajal, donde un elevado número de personas intentaron acceder al territorio español a nado, según han explicado fuentes de la Delegación del Gobierno. Ante esta situación, la Guardia Civil se vio obligada a desplegar a sus Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) para contener el flujo de migrantes.
El despliegue de los GRS fue crucial para mantener el control en la zona durante las horas iniciales de la madrugada. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche y la presión migratoria disminuía, los agentes pudieron retirarse progresivamente, dejando la situación bajo control.
Por su parte, las fuerzas de seguridad marroquíes jugaron un papel clave durante estos eventos, actuando de manera activa para evitar que un mayor número de personas lograra cruzar hacia Ceuta. Su intervención fue decisiva para contener la oleada migratoria y reducir la presión en la frontera, permitiendo que el episodio no escalara en gravedad.
Este nuevo intento de cruce en masa pone de relieve la persistente tensión en la frontera ceutí, una situación que continúa demandando la atención y el esfuerzo coordinado de las autoridades españolas y marroquíes.