jueves. 25.04.2024

Un placer, amigo

- "Dices que vas a trabajar y lo que vas a hacer es sacar guapitos a todos los políticos".

- "No, te voy a sacar a ti, con la cara que tienes".

Luego nos saludábamos, nos reíamos y nos preguntábamos por la familia. Durante años, siempre más o menos a la misma hora y en el sitio indicado. Mi amigo, padre de grandes amigos, y yo hemos tenido buenos ratos de charla. Del tiempo, del Madrid o el Barcelona, de la eterna decepción que supone ver gobernar a unos y otros...

 

Un buen día, vi a mi amigo en una exposición de trabajos manuales, entrañables trabajos manuales. "Vendrá acompañando a alguien", pensé. Lo que no pude imaginar es que aquellas cajas de madera, pinturas de un sol naciente o pastillas de jabón llevasen su firma. "¿Estás segura?", pregunté a quien me lo dijo.

 

Mi amigo emprendió, sin saberlo, el camino de la nebulosa, el que les lleva a reir como un niño mientras el resto lloran a lágrima suelta. El que les deja en un misterioso silencio que, de vez en cuando, rompe una risa seca que solo ellos saben qué les provoca. El mismo camino que nos privó, por ejemplo, de la caja negra de la democracia con hombres como Pasqual Maragall o Adolfo Suárez.

 

Este viernes ha sido un día, laboralmente, agotador. Nos hemos visto unos minutos, le he saludado y el me ha sonreído como de costumbre. Quiero pensar que sabía quien le daba una palmada en el hombro; de no ser así, me reconforta saber que le he caído bien. Y una vez más me he conjurado para no olvidar a los que olvidan, mientras no sea yo mismo el que no recuerde nada.

Como siempre, ha sido un placer, amigo.

Un placer, amigo