Puede parecer mentira, pero hubo una época en la que entre Ceuta y Marruecos no había frontera y en la que era posible coger un tren en el Puerto de nuestra ciudad -concebido, ciertamente, como puerto del Protectorado Español- y recorrer prácticamente todo el país vecino de parada en parada. La estampa, inmortalizada, ¿cómo no? por Mariano Bertuchi recuerda a épocas en las que Ceuta era diferente porque el mundo en si lo era. En nuestra ciudad quedan apenas un par de vestigios: la locomotora y la Antigua Estación. Dos restos de aquel Protectorado de valor “incalculable” según Joan Alberich, geógrafo que participa en las Jornadas de Historia del Instituto de Estudios Ceutíes.
Para Alberich, el hecho de que la línea férrea -operativa hasta 1958, dos años después de la independencia de Marruecos- partiese desde Ceuta da idea de la importancia en si que para el antiguo Protectorado tenía la hoy Ciudad Autónoma.
El ferrocarril no tuvo, sin embargo, la rentabilidad económica deseada o proyectada cuando echó a andar justo hace un siglo, en 1918. ¿Un anticipo de lo ocurrido en los últimos años con tanta estación de Alta Velocidad?. Alberich da por bueno el simil.
Las Jornadas de Historia del Instituto de Estudios Ceutíes concluirán este jueves, 20 de septiembre, en la Biblioteca Pública del Estado “Adolfo Suárez”