Once metros es la distancia que separa el punto de penalti de la portería. Puede ser una distancia interminable, segundos eternos tras los que se encuentren la gloria o la más amarga de las decepciones. El pasado mes de mayo, a la Agrupación Deportiva Ceuta le tocó lo segundo: una desafortunada tanda de penas máximas desempataba el encuentro frente al Orihuela y dejaba al cuadro alicantino en la final de la lucha por el ascenso. Pero el Ceuta sueña con volver a verse en una similar, en -como en tantas otras ocasiones- en la historia del fútbol, levantarse desde una gran decepción.
Su presidente, Luhay Hamido, no elude que este sea quizá el Grupo X más complicado que se recuerda. A los tres equipos -Ceuta, Algeciras y Cádiz B- que se quedaron con la miel en los labios en el play off se le suman otros tantos descendidos -los filiales del Córdoba y Betis, además del Écija Balompié-, otros que anduvieron cerca -Lebrijana o San Roque de Lepe- y algún recien ascendido, caso del “otro” Jerez con un talonario que avisa de un equipo con aspiraciones.
El Ceuta mantiene, por otra parte, su tarifa de precios en los abonos con respecto al pasado ejercicio. Lo mejor de la campaña 17/18 fue ver las gradas del Murube llenas años después, recuperar una comunión entre equipo y afición que parecía exclusiva de tiempos en blanco y negro. Algo a lo que desde la sede de Teniente Olmo se le quiere dar continuidad.
Chico Díaz, último fichaje que llega con acreditados números de goleador, es presentado este martes en el Murube. Es, de momento la incorporación con la que se cierra la plantilla. A partir de ahora, como en el transporte público, para entrar, primero hay que dejar salir.
Y los últimos compromisos veraniegos: el jueves en San Roque y el domingo en Los Barrios, con carácter amistoso. Dos rivales de entidad antes de afrontar el primer partido en serio: sábado 25 de septiembre, 18.30, en Alfonso Murube frente al Arcos Club de Fútbol. Luego vendrá la cita copera frente al UCAM Murcia: es el sueño, no es el día a día, pero el Ceuta sale a competir. Y todo con un objetivo: sacarse la última espina -van ya unas cuantas- de la historia del club blanco. Con la esperanza de que en mayo toque, este año si, fiesta grande.
