Angela Merkel ha girado una visita de trabajo a Doñana donde veranea Pedro Sánchez. Fruto de esta se ha comunicado un acuerdo que para impulsar un notable aumento de los fondos para Marruecos, el país clave para controlar la presión migratoria sobre las costas del sur de España. Merkel y Sánchez no quisieron concretar cantidades en público, pero el acuerdo, del que Alemania sería el principal financiador, llegaría hasta 130 millones de euros y contaría con el apoyo de Francia, según fuentes del Gobierno.
Estaría dentro de su alianza estratégica para afrontar el desafío migratorio en la Unión Europea. Los dos líderes políticos han anunciado una postura común y el apoyo mutuo en la gestión de los flujos migratorios en un frente en el que sitúan también a Francia y Portugal.
Merkel se ha comprometido ante Sánchez a respaldar a España y contribuir con fondos para fomentar el desarrollo de los países de los que llegan los inmigrantes, estrechando la cooperación sobre todo con los países africanos. Dinero, en definitiva, a cambio de control de las fronteras siguiendo el modelo del acuerdo alcanzado entre la UE y Turquía, que se quiere extender a países como Túnez, Marruecos o Senegal.
La dirigente alemana insistió en la idea de un trabajo conjunto, en las relaciones económicas con Marruecos y en la “obligación” de actuar en los países de origen. Los dos líderes han expresado su deseo de organizar las repatriaciones, "con un reparto justo y una solución común". Sánchez insistió en la idea de la transversalidad, no solo de control fronterizo y no se refirió a la prohibición de las concertinas, ni tampoco habló de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla o del cierra unilateral y definitivamente la aduana de Melilla
