Las mujeres que hoy utilizan el burkini representan, en contra de lo que piensan muchos, al sector más revolucionario y valiente, igual que hicieron otras mujeres cuando se pusieron el bikini. Los conservadores no lo entienden. Debe ser difícil entender que una mujer no quiera bañarse en bikini y libremente elija utilizar un burkini. Pero ¿Por qué no lo entienden? Acaso las ven llorando, tristes, enfadadas…. o por el contrario las ven disfrutando. ¿Dónde están las feministas?
Me pregunto porque no defienden en esta ocasión la libertad de la mujer. Libertad es poder hacer dentro de las normas establecidas lo que una quiera respetando siempre a los demás. Nos guste o no, es ropa de baño y está permitido su uso. Afortunadamente en nuestra ciudad hay muchísimas personas que pensando diferente respetan la libre decisión de ponerse un burkini o hacer toples. Y ese respeto le pese a quien le pese es posible porque en Ceuta existe una diversidad cultural que hace que convivamos todas las religiones en armonía.
A los que piensan que dentro de unos años ya no se podrá vivir aquí decirles que dependerá de ellos mismos. Lejos de educar en la involución, la educación en valores nos puede ayudar. Lo que es realmente incívico es que nadie controle en política el extremismo y que se permita que el fin justifique los medios. Aunque tengo que reconocer que también es triste ver que existan comentarios claramente discriminatorios y que cuenten con apoyo popular. Hay que plantearse como reflexión si existe una hipocresía crónica o una intolerancia encubierta. Si un niño le pregunta a su padre ¿papa porque se baña esa mujer vestida?, su padre le puede explicar que es una mujer libre que se baña con un bañador diferente porque piensa diferente.
¿Miedo al burkini? Yo lo tendría al terrorismo, a su apología, a la no educación, a la intolerancia, al no respeto, a la incultura, al odio, al rencor, a la violencia y al radicalismo. Fomentar el odio indiscriminado y sin razón perjudica el interés general de nuestra ciudad. Vamos a construir una Ceuta cohesionada, en la que todos tengamos cabida y de la que todos nos sintamos orgullosos.
Samia Hossain Hamido, miembro del MDyC