martes. 23.04.2024

 

 

 

 

 

La del pasado domingo era una tarde dominical más de los veranos en Ceuta; calor, asfixiante, lo que llevaba a buscar cobijo a la sombra o en cualquiera de las playas, por ejemplo, de la Bahía Sur. Sin embargo, algo sobresaltó la plácida y costumbrista estampa veraniega: una importante columna de humo saliendo desde la ladera de Francisco de Ribalta, entre el Morro y la Avenida Martínez Catena. Un incendio cuyas causas se desconocen -oficialmente- pero que no sorprenden a casi nadie que conozca la zona o, como es el caso de Isabel Paniagua, advirtiéndolo desde hace tiempo ante el estado de suciedad de la ladera y de la sequedad de las hierbas. Ella es la presidenta de la Asociación de Vecinos.

 

Paniagua explica como llevan tiempo solicitando que una empresa especializada en trabajos de limpieza vertical se encargue de la limpieza de la zona. Una zona para los que los presidentes de barriadas que la rodean solicitaron, tiempo ha, que se convirtiera incluso en un recinto senderista con especies autóctonas de la Ciudad.

 

De otro lado, no todo es suciedad -por incivismo, falta de limpieza o ambas cosas- sino también, problemas con las barreras arquitectónicas. Francisco de Ribalta está en una de las pendientes más pronunciadas de Ceuta, a lo que no ayudan escaleras con escalones de distinto tamaño, barreras que apenas alcanzan los parámetros mínimos y, por si fuera poco, la destrucción de un pequeño caminito de apenas un metro que permitía conectar prácticamente con Avenida de África a los vecinos sin tener que dar un rodeo de casi 200 como ocurrió durante la construcción de la Ciudad del Fútbol.

 

Precisamente, la instalación de la Federación de Fútbol de Ceuta daba al traste con el local social de la barriada. Se encuentran a la espera de que se habilite el nuevo

 

La dirigente vecinal también habla de los robos producidos últimamente en las casas, que ha motivado a algunos vecinos a derribar el techo para evitar, así, sufrir la visita de los amigos de lo ajeno. Eso si, admite, la presencia policial es constante en la Barriada de El Morro.

Francisco de Ribalta: crónica de un incendio anunciado