viernes. 19.04.2024

Confidencias

 

 

Agosto de 2013. Terraza del hotel “Mas Solá” en Santa Coloma de Farners (Girona). El timbre del móvil rompe el silencio a una hora en la que lo más interesante es observar a un grupo de patos refrescando el gaznate en un estanque cercano. Es alguien que me devuelve una llamada de dos o tres días anteriores para confesarme que ya digiere el disgusto y que poco a poco va retomando la normalidad. Le pregunto si “va a cambiar de trinchera”. Se ríe y me dice que no; que si así lo hiciera sería tras tener la seguridad de haberlo intentado todo en el bando que defendía hasta el punto de no poder hacer nada más. Y eso a pesar de que en el lado de enfrente, en la “trinchera” enemiga, la oferta personal y económica es prácticamente irresistible.

 

 

Enero de 2010. Estudios de Onda Cero Ceuta, en los minutos previos a una tertulia de viernes. Leonardo Campoamor, hoy director de Radio Televisión Española en Ceuta, me pregunta si estoy al tanto de que “un tío de Ceuta” está en Canadá. Nos reímos durante unos segundos, preguntándonos qué coño pinta un ceutí allí. En los días siguientes, descubrimos que el nació en la Ciudad Autónoma, pero que al poco tuvo que marcharse por cuestiones laborales de su familia, que aún así logra mantener cierto vinculo con la tierra en que nació. Tras no pocos intentos, consigo hablar con el un par de semanas después. Aún recuerdo la sorpresa cuando se le propuso una entrevista para un medio de la ciudad en que nació.

 

 

Todos los veranos, salvo el anterior. Un chaval corpulento, lleno de ilusiones, me promete una vez más “la postal” cuando haga el viaje más soñado de su vida. Un viaje para el que no estaba aún preparado, pero que espera afrontar en un par de años. El trabajo y los estudios se lo impedirán; cosa lógica, teniendo en cuenta que apenas ingresa 500 euros al mes y que tiene la mala costumbre de comer todos los días.

 

 

Mis interlocutores en estas conversaciones son de sobra conocidos. Se llaman Guillermo Molina, Regino Hernández y Juan González Granado. Uno criticado, otro con el que ahora ha jugado todo Dios de niño y el tercero olvidado. Tres tipos encantadores, tres tipos que han decidido seguir un camino que cabe respetar porque ellos, y solo ellos, saben que se traen entre manos. Incluso podría hablar de Jalid Kerkich y su internacionalidad con Marruecos; la naturalidad con la que lo explica desmonta cualquier teoría cuñadil.

 

Solo un inciso más, en el caso del primero. Ahora que se le critica por elegir jugar con el país donde reside desde hace más de una década, del que también tiene la nacionalidad y donde han nacido sus dos hijos, me surge una pregunta ¿Criticamos eso mismo, exigimos el mismo ardor patriótico a Nicola Mirotic, Diego Costa, Serge Ibaka o, en su día, a Marcos Senna, Bojan Krkic, Munir, Paulo Roberto, Talant Dushibaiev, Donato, Brabender o Iván Pérez?.

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