viernes. 29.03.2024
SOCIEDAD

Las matemáticas: alíadas contra la leucemia infantil

Contra el cáncer hay que luchar no solo un día en el que estemos especialmente sensibilizados, sino quizá todos los días. En este caso, también contra el cáncer infantil. La lucha contra esta enfermedad puede darse desde varios ámbitos. En el de la investigación, nos llama la atención un proyecto para aunar matemáticas y oncología con un nombre ambicioso: Recaídas 0. Nos lo cuenta María Rosa Durán, de la Universidad de Cádiz

 

Partiendo de la base de que la matemática es la base de cualquier ciencia ¿cómo pueden aunarse ambas especialidades para luchar eficazmente contra la leucemia infantil?

 

Efectivamente, las matemáticas son la base de la ciencia, además, se encuentran en cualquier parte, en cualquier fénomeno físico y cualquier ley de la naturaleza se puede describir a través de ésta.

Para poder trabajar ambas especialidades juntas tenemos que  hablar el mismo lenguaje. El matemático debe comprender la enfermedad, entender cuál es el problema que tiene el médico, asimilarlo, escribirlo con ecuaciones, y ofrecerle soluciones que él debe decidir si le valen o no le valen, y para ello es necesaria la comunicación permanente. Cuando hablas el mismo idioma que ellos y ven que tu interés es idéntico, que es mejorar la clasificación de la la leucemia y evitar las recaídas, los hematólogos te ven como alguien de los suyos que va en la misma dirección, y todo funciona.

 

 

Es decir, si no tengo mal entendido, el trabajo consistiría no en determinar que posibilidades hay de superar favorablemente, por ejemplo, un trasplante de médula sino detectar que partes de la propia médula pueden estar dañadas?

 

En las leucemias linfoblásticas agudas se realiza un diagnóstico integrado que se compone de cuatro partes: citomorfología, citometría de flujo, biología molecular y citogenética. Entre ellas, destacar la citometría de flujo ya que es una herramienta de primer orden que facilita el diagnóstico y el seguimiento de la enfermedad.

De manera sencilla, te puedo decir que las células de la médula dañadas (clon mayoritario) se detectan en el diagnóstico inicial, pero que a veces, existen un conjunto de células leucémicas que no se aprecian debido a la sensibilidad de la técnica y por tanto se nos escapan. Estas células llamadas clones leucémicos minoritarios estarían relacionados directamente con la recaída.

Nuetro trabajo se centra en detectar estos clones minoritarios en el momento del diagnóstico inicial de la enfermedad a través de las matemáticas aplicadas, herramientas estadísticas y estrategias de tipo machine learning. Con esto podremos perfilar y redefinir la estratificación en grupos de riesgos, influir en la mejora de las decisiones terapéuticas y como consecuencia evitar la recaída.

 

 

¿Cuanto tiempo llevan ustedes trabajando con este proyecto y que nivel de apoyo, público o privado, está teniendo?

 

Llevamos año y medio trabajando, estudiando y desarrollando este proyecto. Detrás de este proyecto hay un grupo multidisciplinar de profesionales, doctores e investigadores de distintas disciplinas (matemáticos, biólogos, médicos, físicos) que pertenecen a la Universidad de Cádiz, al Hospital de Jerez y a la Universidad de Castilla La Mancha.

Hemos presentado el proyecto a varias convocatorias de la administración pero sin éxito de financiación. Por ahora, el único apoyo económico que tenemos es el que vamos a recibir través de la plataforma precipita. Precipita es una plataforma impulsada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, especializada en promover la financiación colectiva de la ciencia, es decir, poner en marcha campañas de Crowdfunding que ayuden al desarrollo de diferentes investigaciones científicas.  De esta forma, gracias al apoyo de la ciudadanía y entidades privadas, se pretende dar un nuevo impulso y una aceleración a la investigación.  En estos momentos llevamos recaudado más de 10.000 euros, aunque nuestro objetivo es superar la cantidad óptima de 25.000 euros.

 

 

Hablamos de una esperanza muy elevada en los casos de leucemia infantil, pero en la recaída...

 

Actualmente se obtienen tasas de supervivencia libre de enfermedad en primera remisión completa de hasta 70-80%. En torno al 15-20% de pacientes sufren una recaída. Tras la recaída se puede rescatar a un 40% de los pacientes con regímenes de poliquimioterapia intensiva y en la mayoría de casos con trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos ( esto es, un trasplante de otra persona, bien de un familiar o de un donante no emparentad) . Un 15% de niños fallecen a consecuencia de la leucemia por lo que esta enfermedad sigue siendo la causa más frecuente de muerte por cáncer en la infancia.

 

 

¿Hay motivos para la esperanza?. Es decir ¿ganaremos algún día la batalla a la mortalidad infantil derivada de cáncer o leucemia?

 

Es una mirada de esperanza hacia el futuro, este diálogo abierto entre matemáticos y médicos, en el que ambas partes cooperan para hacerse entender y adaptar sus lenguajes, no puede sino traducirse, nunca mejor dicho, en algo positivo y enriquecedor.

 

En cualquier caso, aunque sea desde la cautela, es innegable que la oncología matemática parece tener potencial para, si no hallar la cura contra la leucemia, al menos arrojar luz sobre sus terapias y sobre la esperanza.

 

Una pregunta. ¿Es más fácil que un matemático aprenda oncología o biología o viceversa?

En cualquiera de los dos casos requiere un gran esfuerzo, pues como decimos, hablamos lenguajes distintos, pero querer es poder, y estudiamos juntos para conseguir un objetivo común. Ahora bien, para los médicos, las matemáticas que manejan tienen que ver más con estadística y curvas de supervivencia, les cuesta ver la modelización matemática y otras herramientas matemáticas. Los matemáticos con los que trabajamos estudian mucho y llegan a conocer muy bien la enfermedad, pero la unión hace la fuerza y el trabajo en equipo es lo que hace que salga el proyecto hacia delante. 

 

 

 

 

 

Las matemáticas: alíadas contra la leucemia infantil