viernes. 19.04.2024

 

¡Cualquier día ocurrirá una desgracia! Esta podría ser la banda sonora del Hospital Universitario, cada vez que se produce una agresión física o verbal contra el personal sanitario que presta allí sus servicios.

 

Agresiones que son mucho más habituales de lo que pensamos y que la mayoría de las veces no se denuncian pero, ¿por qué? Por miedo. Miedo a posibles represalias que, acompañado de la poca confianza de los trabajadores a los mecanismos de protección de los que disponen, hacen que estas agresiones no se denuncien y dejen de figurar en medios de comunicación o estadísticas de INGESA.

 

Un miedo que, por otra parte puede comprenderse, dado que, según han afirmado desde UGT, tanto el servicio de urgencias del Hospital Universitario como en el servicio de urgencias de atención primaria en el Ambulatorio Jose Lafont, únicamente cuentan con un vigilante de seguridad y otro de refuerzo.

 

En el momento en el que se produce un altercado que precise de más efectivos, otro vigilante debe dejar su puesto de trabajo para ayudar a sus compañeros a reducir al agresor en cuestión. Una situación que se ha producido en más de una ocasión.

 

Por eso, desde el sindicato UGT, han exigido al INGESA y al Gobierno que “cumplan con su obligacion de proteger a estos trabajadores” y que instalen un arco de detección de metales, además de una dotación policial permanente en el Hospital, que acabe con estas situaciones que, aunque muchas veces no se dan a conocer, suceden habitualmente.

“Un día ocurrirá algo de lo que nos tengamos que lamentar”