viernes. 29.03.2024

Querido Mariano Díaz Mesa:

 

Esta carta busca ser un voz que clame pero también que grite, una voz que te llegue y te acompañe en tu camino, cómo me gustaría que fuera posible, una voz que te reconforte, que nos reconforte.

 

No pretendo destacar tus dotes, ni explicar tu grandeza, no podría ni sabría plasmarlo en su totalidad, esas cosas ya la saben todos los que te conocieron, y quien no tuvo esa oportunidad pensarían, erróneamente, que seguramente serían exageraciones movidas por el duelo. Sólo pretendo despedirte, decirte lo que ya te dije cuando aun podía, que has sido un gran amigo, que siempre sentí tu cariño y apoyo, que fue una gran suerte tenerte cerca.

 

La última vez que hablamos, hace unos días, quería motivarte, quizás pretendía dibujar un horizonte, un mañana en el que aun estuviéramos juntos, te hablé de volver a la primera fila, de crear equipo, tú cómo siempre me dijiste que contara contigo, los dos sabíamos que mentíamos, pero nos seguimos la corriente, hablamos y hablamos, no por negarnos la realidad sino por disfrutar imaginándonos un mañana, y disfrutamos sí, ¡vaya si lo hicimos!.

 

Este fin de año ya no me contestaste al mensaje, sabía que no podía llamarte, te desee salud y me despedí con la frase de “nos vemos amigo!”, pero no pudo ser.

 

Te quiero. Ahora cuida de tu familia desde allí, aquí pueden contar conmigo. Ve tranquilo.

 

José Antonio Carracao se despide de Mariano Díaz Mesa