jueves. 25.04.2024

Pequeños piratas

 

El otro día mientras iba con mis hijos al centro comercial, uno de ellos me dice: ¿Papá cuando vamos a ver la Película de Capitán Calzoncillos? Nada más entrar a esta gran superficie, nos dirigimos con paso firme a la sección de videos y buscamos el DVD que mi hijo me había pedido, lo cogimos de su estantería y sin pensarlo dos veces, salimos como si tal por los arcos de seguridad. Estos empezaron a sonar y yo si molestarme siquiera a ver qué pasaba continúe mi camino con mis hijos. De repente un guardia de seguridad se me puso delante y me indicó enfurecido que soltara el DVD que llevaba en la mano a lo cual yo le respondí que no podía, ya que a mi hijo le apetecía verlo y habíamos decidido cogerlo. No entiendo muy bien el porque algunas personas empezaron a increparme diciendo que era un mal ejemplo para mis hijos y que vaya educación que les estaba dando. Una señora incluso llegó a insinuar que deberían quitarme la custodia de mis churumbeles.

Aunque esta historia es totalmente falsa, lo cierto es que eso mismo lo hacen muchos padres (y madres) a diario cuando encienden su ordenador y se descargan una película de Internet sin pagar por ello. Recuerdo una ocasión en la que un padre durante una fiesta de cumpleaños, me preguntaba sorprendido (y yo diría que indignado) que como podía tener la consola WII sin piratear. Se ofreció incluso a pirateármelo él mismo. -Es sencillo, decía este señor, -Los manuales para hacerlo están en Internet. Seguramente llevara razón y era sencillo, sin embargo, mi respuesta fue simple, mis hijos juegan a juegos de la WII comprados, como regalo por algún evento o como recompensa por algo que han hecho y entendemos que merece este tipo de premios.

Estos, son únicamente dos ejemplos de los más comunes de como el pirateo informático o robo de propiedad ajena por Internet está calando en nuestra sociedad sin que nos demos cuenta, lo que hace que no percibamos de la misma el robo físico que el virtual. Vivimos en una sociedad en la que hemos educado en el “yo también tengo derecho a tener lo que quiera” y es cierto, todos tenemos derechos a tener lo que nos guste, pero hay que ganarlo lícitamente.

Si bien es cierto que en muchas ocasiones el sistema educativo no nos ayuda mucho en nuestra guerra, ya que en lugar de potenciar el uso del software legal, concienciar sobre el robo a través de internet, y educar en la propiedad de las personas, calla y además es cómplice de este macabro juego. Supongo que much@s de los que ahora me estáis leyendo y tenéis hijos, no se han planteado como han aprendido sus hijos e hijas a usar sus ordenadores. Para que nos hagamos una idea, una licencia actual de Windows 10 Home cuesta 145€ en la tienda oficial de Windows, una de Microsoft Office 30€ al mes, un antivirus unos 50€ al año, y si somos aficionado al diseño gráfico y queremos usar un Photoshop unos 200€ anuales. No conozco muchas personas que se gasten ese dinero en lo que los fabricantes de software llaman Licencias, sin embargo, es raro no encontrar un ordenador en una casa que no tenga todas o la mayoría de ellas instaladas “con licencia pirata”.

¿Por qué hacemos esto? En parte, y bajo mi punto de vista, la culpa la tiene el sistema educativo que enseña a los niños desde edades muy tempranas a usar el ordenador con este tipo de software, y por tanto, cuando vamos a adquirir un ordenador propio, buscamos uno con ese software y si no podemos pagarlo, pues “lo conseguimos”. ¿Sería posible que usáramos un ordenador sin instalar Windows? ¿Podríamos escribir un documento sin usar Microsoft Word? ¿O diseñar un cartel sin Photoshop? Y todo esto sin cometer un delito por supuesto. La respuesta es SI. Y la solución pasa por el uso y potenciación del software libre.

La inmensa mayoría de los ordenadores funcionarían mejor con un sistema operativo Linux que con uno Windows, tenemos herramientas de escritorio gratuitas igual de buenas que Microsoft Office como son Open Office o Libre Office y existen herramientas de diseño tan potentes como Photoshop como puede ser el software gratuito Gimp. Podríamos tener, totalmente operativo un ordenador, con todos los programas necesarios para un uso normal de una casa e incluso un uso empresarial sin gastarnos un euro gracias al Software Libre. Sin embargo, los centros educativos y las instituciones educativas siguen mirando hacia otro lado y no potencian este tipo de software que, suponiendo que en los centros educativos todo el software fuera legal, lo cual es mucho suponer, ahorraría millones a la administración en licencias de uso y potenciaría el uso de sistemas libres y en su gran mayoría gratuitos entre nuestros hijos.

Esto unido a una concienciación de la importancia de respetar la propiedad ajena, podría evitar que cada día se roben por Internet miles de millones de euros en descargas ilegales. Evidentemente, siempre tenemos una excusa para hacer caso omiso de esta premisa, los políticos roban más, todo el mundo lo hace, yo tengo derecho a ver y escuchar lo que me apetezca, que pongan más baratas las películas, etc… pero todas son una simple excusa. Nadie que se considere un ciudadano respetable, se plantearía ir a un concesionario de coches y coger el coche que más le guste alegando que los políticos tienen cochazos que pagamos tod@s, que él tiene derecho a usar el coche que prefiera o que las empresas automovilísticas ponen los precios excesivos y que realmente no valen tanto, sin embargo, cuando hablamos de piratería informática no percibimos el delito de la misma forma.

Además, y esto lo digo como padre y no como informático, el comprar una película, un videojuego o un CD de música a nuestros hij@s, es el mejor de los rescates que podemos ponerles por sacar buenas notas, tener buen comportamiento o hacer sus tareas de casa. Los niños y niñas que lo tienen todo, y nada les cuesta ningún esfuerzo, pierden interés por todo lo que les rodea, incluyendo los estudios, ya que no encuentran una motivación para labrarse un futuro ya que tiene aquello que se les antoja tan solo con pedirlo.

Educar a nuestros hijos e hijas en el cumplimiento de las normas y leyes, es una obligación de todos y por ello, debemos poner todo lo que esté en nuestra mano para inculcar estos principios empezando por dar ejemplo a los pequeños. Si cuando quiero una película, voy al hipermercado y la robo con mis hijos de la mano, no sería de extrañar que ellos en un futuro muy lejano no hicieran lo mismo. Para evitar esto, el software libre puede ser una buena respuesta y debe ser usado desde los niveles básicos de educación para que los niños y niñas lo tomen como su software habitual y no aprendan a manejar un software que en muchas ocasiones no pueden comprar.

 

 

Pequeños piratas