martes. 16.04.2024

Cabalgatas de oro

Algo atónita me he quedado cuando la Verdad de Ceuta ha sacado un artículo de opinión afirmando que me creo con la posesión de la verdad, por ser Presidenta de una asociación, algo que es completamente incierto.

En primer lugar, y quien escribe ese artículo debería de saberlo, cuando desde la asociación damos una opinión no lo hace la reina de Sandra, como así me ha llamado, lo hace un grupo de integrantes que acordamos todo lo que denunciamos, reivindicamos o anunciamos en los medios de comunicación. Y en segundo lugar, si por algún causal lo hiciera yo sola como cuando hago un artículo de opinión, lo hago con la libertad que me marca poder dar mi visión, sin por eso creer que lo mío es lo único certero. Sé perfectamente que no existen las verdades absolutas.

Eso sí, menos mal que esta democracia y la propia Constitución nos han dado el privilegio de tener derecho a una idea o a un posicionamiento.

Y en este caso estoy completamente convencida que un niño o una niña no va a vivir con más o menos ilusión unas cabalgatas, según la partida económico que un Gobierno se gasta, salvo que esa partida vaya a dar regalos a quienes no van a recibir completamente nada.

Para empezar, un niño o una niña va a vivir con más ilusión unas cabalgatas si el Gobierno tiene un plan de atención a la infancia que prevenga y atienda todos los casos que se alejan de lo que un menor debe o no debe de estar viviendo en cada etapa de su vida.

Y en segundo lugar, afirmar que es excesivo gastarse casi 50.000 euros en pintar y dar de comer en el hotel Puertas de África a los Reyes Magos, decorar unas bateas y repartir caramelos, no es sinónimo a no querer unas cabalgatas. !No manipulemos!

Quizás es mejor preguntarse si realmente esas partidas están ajustadas a la realidad y valen 15.000 euros unas bolsas de caramelos para toda la calle Real.

Sinceramente, me sorprende que lo superfluo despierte más interés que los problemas reales de esta ciudad y que redactores o redactoras pierdan el tiempo en ofrecer impresiones sobre mí.

Cabalgatas de oro