martes. 23.04.2024
ENTREVISTA

Pedro Delgado, campeón Tour 1988: "Los deportes de equipo están más estructurados a la hora de defender al deportista"

Posiblemente, fuera uno de los grandes adelantados a la denominada “edad de oro” del deporte español. No en vano, logró en 1988 un hito casi sin precedentes, como era firmar el tercer Tour de Francia. Carismático, su nombre es aún sinónimo de esos ciclistas “antisiesta”, capaces de levantar del sofá a cualquier aficionado. Pedro Delgado (Segovia, 1960) es uno de los ex deportistas más queridos de nuestro país y con el charlamos. Aclaramos que esta entrevista se produce antes de que Chris Froome diera positivo por un control en la última Vuelta a España.

Muchos aún recordamos al añorado Pedro González gritando aquello de “Pedro Delgado, campeón del Tour de Francia” tras la última contrarreloj de 1988. ¿Qué pensaba un chico de Segovia mirando al mundo desde el centro de París?

 

Realmente, fue algo grande, había estado muchos años trabajando para que llegase en ese momento y sientes una especie de liberación. Desde el punto de vista más físico, la tortura y la tensión psicológica se había acabado y vivía una cierta liberación, que te da un momento de volar la imaginación sobre todo cuando suena el Himno Nacional en los Campos Elíseos. Pero es más una sensación a posteriori, porque no lo disfrutas en ese momento: el podio, la rueda de prensa, etc, no lo maduras hasta después.

 

El fallecimiento de su madre,  un abandono por caída, el famoso despiste de Luxemburgo, el buen estado de forma de Stephen Roche en 1987. ¿Siente que podría haber sido más amplio su palmarés, al menos en el Tour?

 

Creo que si. Si en 1983 no ganamos Ángel Arroyo o yo, fue por falta de convicción; nos decían que el Tour era un matahombres y nosotros lo asumimos. Prácticamente nos conformábamos con llegar con los mejores, y luego nos dimos cuenta de que si hubiéramos sido algo más ambiciosos, podríamos haber ganado aquel Tour. Luego, en 1987, al margen del sensacional estado de forma de Stephen Roche, y ahí me falto haber serenado un poco mis capacidades en la contrarreloj y Roche fue más inteligente que yo, tal vez no más fuerte. En 1988, aparte del desastre de Luxemburgo, la carrera no fue un recorrido muy montañoso. Sin embargo, hasta la contrarreloj final y desde la prólogo, el mejor tiempo fue el mío. Luego en 1990, caí enfermo con una gastroenteritis y cuando llegaron las etapas de los Pirineos iba al límite. Si no hubiese caído enfermo, posiblemente hubiera estado más delante y con una clara opción de victoria.

 

Por cierto, hablando de Luxemburgo. ¿Qué pasó aquel día?

 

Bueno, Luxemburo… Se ha hablado muchísimo. Quería arrancar al 100% y no quería estar parado en ese “impass” hasta que comenzara la carrera. Estaba dando vueltas y apuré tanto que llegué tres minutos tarde. Más que la pérdida de tiempo, fue el golpe moral. Yo mismo no me lo perdoné y pasé una noche, y al día siguiente mi equipo me tuvo que esperar en la contrarreloj por equipos y perdí cinco minutos. Esto si que fue un golpe durísimo que me tuvo, incluso, a punto de abandonar.

 

Usted, Carlos Sastre, Chava Jiménez, Lucho Herrera; Claudio Chiapucci, Marco Pantani, Nairo Quintana, Fernando Escartín o Alberto Contador ¿Qué tienen los escaladores que tanto nos gustan?

 

Los escaladores..Sobre todo la manera que tienen de plantearse la carrera, es mucho más espectacular y atractiva para seguirla por televisión o en la radio. Casi por norma general, pierden tiempo en la contrarreloj o en las etapas llanas y eso les obliga a plantear la carrera de forma tan ofensiva, como todo el mundo quiere, con ataques y demás. Lógicamente, cuando un corredor de estos logra el triunfo hace que sea un recuerdo mucho más intenso para el aficionado..

 

¿Nairo es, ahora mismo, el ciclista que más se le parece, el último bandolero?

 

Nairo es un ciclista que, lógicamente, va a echar en falta la presencia de un corredor como Alberto Contador a lo largo del próximo año. Pero también va a tener otros “aliados” en la montaña; el italiano Fabio Aru o Romain Bardet. Nairo tiene ese sello de gran escalador. Pero si es verdad que esto da vueltas; la gente decía que yo sería el último escalador en ganar el Tour y luego vinieron Pantani o Contador.

 

Me apena mucho entrevistar a un ciclista y tener que sacar el tema de marras pero ¿cuanto tiempo tardará ese deporte, tal vez el más épico, en recuperarse de las heridas causadas por el tejano innombrable?

 

Lance Armstrong ha hecho muchísimo daño. Primero, paso de la gran admiración que nos merecía a todos por superar el cáncer y volver como lo hizo era impresionante. Y esa capacidad mediática que tienen los americanos, lógicamente cuando son parabienes es magnífico, pero cuando es para mal es demoledor. En Estados Unidos todo el mundo habla de ciclismo profesional y absolutamente piensa en el. Tal vez, haga falta que haya un americano con opciones para que en ese país la sombra alargada de Armstrong haga mucho daño.

 

Me da la impresión de que hay un cierto talibanismo en torno al ciclismo. Me explico: un futbolista se infiltra para la segunda mitad de un partido y es un héroe, un ciclista se infiltra la misma cantidad de lo mismo para una etapa de 200 kilometros con cinco puertos de primera categoría y poco menos es un delincuente. A Miguel Indurain, sin ir más lejos, le tuvieron que sacar una muela al natural porque un calmante podría haberle hecho dar positivo. Nos quejamos del doping, pero no caemos en la cuenta de que la mayoría de etapas de las vueltas de tres semanas están ahí porque el alcalde de cualquier pueblo perdido ha pagado una bestialidad para que se vean el campanario con las cigüeñas y los niños haciendo un mosaico al paso de los ciclistas. Sin que esto sea un salvoconducto para tramposos ¿nos hemos olvidado equipos, organización, periodistas, patrocinadores y aficionados, que ustedes son humanos a fin de cuentas?

 

El termino dopaje en el deporte tiene unas connotaciones muy negativas, pero para el deportista, para el deportista profesional. Simplemente, son unos medicamentos que no pueden entrar porque son positivos. Yo no entro en si son buenos o malos para la salud, porque la mayoría son buenos para la salud con un buen tratamiento. El problema es que, ante la duda, yo creo que te dan positivo y ya está y por lo tanto el deportista no se atreve a afrontar este riesgo. Muchas veces, en el entorno que hay alrededor de ese deportista tampoco hay nadie que dé la cara, empezando por la propia federación del deporte que sea u otros organismos: la sombra de la duda es tan grande que nadie se moja ni  quiere entrar en comprensión de que un deportista tome un medicamento aunque sea prohibido porque lo necesita por cuestiones de salud. Por eso, va a ser siempre muy difícil, el dopaje va a seguir existiendo: bien porque para algunos a lo mejor es un negocio y también porque va cambiando la lista de productos. Cada vez hay más productos nuevos que pasan una serie de test y un organismo que decide si son positivos o no. Un ejemplo de esta lista: la gente piensa en dopaje y en cosas como hormonas de crecimiento, testosterona, EPO o cosas de estas. Muchas veces se da con tonterías como crecepelos o productos dietéticos, que a veces el deportista no sabe ni que lo contienen y luego te da el disgusto. Suelen ser cantidades despreciables, pero al haber una mínima cantidad da positivo. Es muy difícil encontrar un punto de equilibrio y es una lástima porque ves como hay una diferenciación de un deporte a otro. Los de equipo están mejor estructurados y son capaces de defender mejor al deportista que en los deportes individuales, en los que el ciclista, en este caso, esta indefenso a la hora de demostrar su inocencia

 

Hablando de Miguel Indurain. ¿Es el mejor ciclista de la historia?. ¿Era tan frío como parecía?

 

En España, sin duda alguna. No creo que fuese frío: corría muy concentrado, es un hombre muy introvertido, que todo lo lleva interiormente. Tenía unas condiciones físicas tan extraordinarias que era lo contrario de los escaladores. Hacía una gran diferencia en la contrarreloj individual, para arriba también tiraba bien y era muy difícil sacarle tiempo. Hacía un ciclismo más controlado, más de su gusto. El Miguel Induráin más ambicioso fue el de su último Tour en 1995: mucho más agresivo, más ofensivo. Con los años te vuelves más conservador a la hora de atacar, pero Miguel fue justo al revés. Fue mucho más ofensivo y el quería pasárselo bien encima de la bici, siempre con ese don natural que eran sus piernas.

 

Una duda, si quiere profesional ¿como se rellenan cinco o seis horas de retransmisión del Tour de Francia, sobre todo en etapas en las que no pasa absolutamente nada hasta faltando 30 minutos?

 

Tampoco hay tantas etapas de esa duración. Suelen ser las de alta montaña, en las que hay expectativa de que pase algo, y finalmente muchas veces no ocurre nada. Al final es como todo, lo vas viviendo como los ciclistas, kilometro a kilometro, a ver si se mueve o no y siempre pasan cosas. Y si no, siempre tenemos la opción de contar batallitas o de algo de fuera del Tour que ayuda. Ahora, con las redes sociales es mucho más fácil: la gente te ayuda a mantener los pies en el suelo, a no ser excesivamente técnicos.

 

¿Es peor el “tío del mazo” o quedarse en blanco en una retransmisión?

 

El “tío del mazo”. Ese desfallecimiento que sufren los ciclistas. Nunca me he quedado en blanco: tal vez un segundo, pero a todos nos pasa. En las retransmisiones somos dos y si me quedo en blanco le paso la papeleta a mi compañero.

 

¿Era más duro comentar cuando hablabas de gente que había corrido contigo, que había competido contra tí que con la distancia de los años transcurridos?

 

No influye. Al principio haces mucha piña y te reconoces con lo que hace el ciclista y con los años te vuelves más crítico. Es verdad que a veces me da lástima esa falta de ambición, tal vez porque yo vengo de otra época: LeMond, Fignon, Roche, etc. No es solo culpa de los corredores; ahora con los pinganillos el director tiene más control y aquello que al principio no decía ahora si lo digo porque veo que con tanto control los corredores pierden la opción de lucirse.

 

Contador retirado, Valverde cerca de los 40 años, Samuel Sánchez casi amortizado. Mikel Landa aparte ¿la travesía por el desierto se nos va a hacer muy larga a los españoles hasta que exploten los Marc Soler y compañía?

 

Bueno, lo de la travesía del desierto pasa siempre después de grandes dominadores. La ausencia de Alberto Contador no solo la vamos a notar los españoles sino todos los aficionados. Todo vuelve, tras Induráin parecía que no venia nada y Olano o Heras cumplieron perfectamente hasta que llegaron los Sastre, Freire y compañía que fueron la Edad de Oro, la mejor generación de ciclistas en cualquier terreno de nuestra historia. Son ciclos y ese ciclo se está cerrando ya: solo queda “el último mohicano”, que es Alejandro Valverde. Habrá que esperar hasta que punto Mikel Landa coge el relevo de Contador; capacidad física la tiene y un grandísimo equipo a su alrededor. Podremos vivir los primeros años de esa transición con la cabeza bien alta. Al final son ciclos que no solo pasan en España; después de Hinault, los franceses no han vuelto a ganarla. No lo lograron Jalabert o Fignon,  y Bardet puede disputar la carrera, pero no se si podrá ganarla.

 

Por cierto ¿como se lleva eso de que bautizen un grupo de rock escocés como “The Delgados” en su nombre?. ¿Los ha visto en concierto?

 

Bueno, cuando me enteré que había un grupo de rock escocés que llevaba mi nombre me hizo mucha gracia. Y máxime porque los cantantes eran aficionados al ciclismo, era la época de Roche y tiraron más para España y Perico Delgado que para Roche. En España podría entenderse mejor, pero fuera es más complicado. Máxime cuando tocan bien, y es una lástima que se hayan separado No, no los he visto en concierto porque cuando me enteré de que venían a España ya fue en su época final y me quedé con las ganas.

 

¿Conoce Ceuta?

 

No, no conozco Ceuta. Habrá tiempo de conocerlo.

 

Un placer.

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