martes. 23.04.2024

Lo puedes perder todo

Ayer mientras tomaba café en un bar, no pude evitar escuchar una conversación, que, por desgracia, no es la primera vez que la he escuchado. Un hombre le comentaba al que parecía su hijo que había ido a encender su ordenador y le había salido un error, tras varios intentos sin éxito, decidió llevarlo a una tienda de informática en la que le habían dicho que la avería simple, su disco duro se había roto y había que cambiarlo.

Para los neófitos en el mundo de la informática, el disco duro es el lugar donde se guarda toda la información del ordenador, desde el propio Sistema Operativo (nuestro Linux, Windows o OS X), hasta nuestros propios archivos. Estos dispositivos, imprescindibles en nuestros ordenadores, son relativamente baratos y no suelen estropearse con frecuencia, sin embargo, ¿te has planteado alguna vez que información guardas en tu ordenador?.

Con frecuencia, podemos escuchar hablar de los sistemas de seguridad en los ordenadores que protegen a nuestros dispositivos de ataques externos. No hace muchos meses, en todos los noticiarios de la televisión oíamos hablar de cómo Ransomware secuestraba miles de ordenadores en todo el mundo, un programa informático que te bloqueaba el sistema hasta que realizases un pago tras el cual, supuestamente, tu ordenador quedaría “liberado”. En esas noticias, se hablaba de que había afectado especialmente a ordenadores de empresas y muchos se preguntarían ¿Por qué una empresa iba a pagar por liberar un ordenador? ¿No es más fácil formatearlo y volver a ponerlo en funcionamiento?. Seguramente sí, seguramente sería la opción más sencilla y más barata, a no ser que lo que tengamos en nuestro ordenador tenga mayor valor que el ordenador en sí mismo.

Normalmente no nos planteamos el valor de ciertas cosas por el mero hecho de que tampoco nos planteamos que pagaríamos por no perderlas. Esto ocurre también con nuestros ordenadores y con el resto de dispositivos que usamos diariamente.

Hasta hace unos años, cada vez que alguien quería inmortalizar un momento, cogía su cámara de fotos, disparaba y con ello dejaba constancia para siempre de ese momento en un trozo de papel que luego y con todo el mimo del mundo archivábamos en un álbum fotográfico, pero, ¿cuántos de ustedes imprimen hoy en día sus fotos? Probablemente pocos. En la actualidad y con la implantación de los dispositivos móviles, podemos ver como prácticamente a cada instante a nuestro alrededor hay alguien haciéndose una foto ya sea con su móvil o su cámara digital, sin embargo, cada vez cuesta más encontrar lugares donde “revelar” esos momentos, y esto es porque preferimos colgarla en una red social o enviarla a nuestros contactos por algún programa de mensajería.

A los que nos gusta guardar y clasificar nuestras fotos, tanto de cámara fotográfica como de los dispositivos móviles, en alguna ocasión se nos habrá pasado por la cabeza, que ocurriría si nuestro disco duro se estropeara ¿cuantos años y recuerdos perderíamos si esto sucediera? Esa información, seguramente tenga un valor, sentimental, pero valor al fin y al cabo, que el propio ordenador en el que se guardan. De hecho, la mayoría preferiríamos tener que comprar un ordenador nuevo que perder las fotos en el guardado. A este tipo de información, es a la que me refiero cuando habla del valor de los datos que podemos perder.

Para tener nuestros documentos y recuerdos protegidos, muchos optan por las “copias de seguridad”, es decir, nos compramos un disco duro externo que “solo usamos para guardar las fotos” como si de esta forma estuviéramos asegurando su supervivencia eterna. La realidad es que con eso no conseguimos el efecto deseado más allá de la pura fortuna de la vida del disco.

Para guardar de forma segura nuestros valiosos documentos y/o fotos, hay que cumplir una premisa, guardar la información dos veces y lugares distintos. Estadísticamente, es improbable que dos dispositivos se rompan a la vez, y por lo tanto, siempre habrá uno de los dos que contendrá nuestros tesoros a salvo. La experiencia, sin embargo, me dice, que, si compramos dos discos para guardar nuestros archivos, con el tiempo, no tendrán exactamente la misma información, a no ser que el salvado de esta se haga de forma automática. Aun así, siempre será mejor, perder parte que toda la información.

Una solución, bastante simple y efectiva, sería utilizar los actuales servicios de almacenamiento en la nube que mediante programas muy sencillos, nos permiten guardar archivos en nuestro ordenador y que se realice una copia automática en la nube. Sin embargo, la capacidad de estas soluciones son bastante escasas en sus versiones gratuitas, aunque también podemos optar por soluciones de pago, que sin ser muy caras, nos permiten guardar toda nuestra información. ¿Cuánto pagarías tu por no perder todas tus fotos?.

Si eso de guardar las cosas en la nube no te da confianza o te suena a anuncio de compresas, podemos optar por soluciones domésticas muy efectivas. En el mercado existen unos dispositivos llamados NAS que nos permitirán guardar de forma segura y accesible nuestros datos. Un NAS es tan solo un dispositivo (parecido a un ordenador), que se conecta a nuestra red Wifi o cableada y nos permite guardar información dentro de él de forma que podamos acceder desde cualquier ordenador de nuestra casa, o incluso, si disponemos de conexión a internet, desde fuera de ella. Una de las funciones más básicas que podemos realizar con un sistema de este tipo es un almacenamiento “en espejo”, o lo que en informática conocemos como RAID 1.

Un sistema de almacenamiento en discos espejos, lo forman dos discos duros que desde el punto de vista del que lo está usando son un solo disco. Ambos deben tener la misma capacidad y cuando guardamos algo en ellos, se guarda en ambos discos simultáneamente. Por tanto, todo lo que hagamos sobre el sistema, se estará replicando en dos discos duros de forma automática. Un sistema de este tipo, podemos encontrarlo a partir de unos 200€, pero teniendo en cuenta que dos discos duros externos nos costarían más de 100€ tampoco es una inversión exorbitante. Además, hay que recordar, que estos sistemas NAS nos permitirán multitud funciones añadidas, tales como la de crear nuestra propia nube accesible desde cualquier parte del mundo, siempre claro, que tengamos conexión a internet.

Por otra parte, no debemos olvidar, que proteger nuestra información, no es solo proteger los archivos que la contienen, sino que también consiste en hacer que los ordenadores que contienen a esos archivos funcionen correctamente. Por ello, también os recomiendo el uso de otro aparato llamado SAI o UPS, siglas en español e inglés respectivamente de un Sistema de Alimentación Ininterrumpida. Estos aparatos nos servirán para evitar que nuestros ordenadores, o cualquier otro dispositivo electrónico que está conectado permanentemente a la red eléctrica, sufran una avería por una alteración de la potencia eléctrica de la red, lo que normalmente entendemos como una “subida de tensión eléctrica”. Los SAI´s, estará conectados a la red eléctrica a través de un enchufe y nuestros aparatos se conectarán a él, de forma que será el encargado de filtrar y absorber esos “picos de luz” tan perjudiciales para todos los dispositivos electrónicos. Los hay de muchos precios y características, los más sencillos solo nos permitirán apagar adecuadamente nuestros dispositivos cuando haya un corte de luz, evitando fallos, por ejemplo, en el sistema operativo, y los hay más sofisticados que incorporar además estabilizadores de carga que hacen que la electricidad que les llega a nuestros dispositivos sea estable y no tenga picos de potencia. Sus precios oscilan desde los 40€ en adelante y son también una buena inversión para proteger nuestra información.

Dicho todo esto, espero que a partir de ahora, nos planteemos que guardamos en nuestros ordenadores y dispositivos móviles y que precio estamos dispuestos a pagar para evitar perder nuestra información. Os animo a todos y todas a que en vuestras cartas a Papá Noel y Sus Majestades los Reyes, incluyáis un poco de seguridad en las cosas valiosas que guardamos en nuestros equipos, porque por no gastar un poco de dinero, lo puedes perder todo.

Lo puedes perder todo