viernes. 29.03.2024

El Internet de las Cosas

¿Se imagina levantarse por la mañana y que nuestro armario nos aconsejara que ponernos en función del tiempo que va a hacer hoy? ¿Y si al preparar su desayuno la nevera le advirtiera que solo tiene leche suficiente para un día y que sus yogures están a punto de caducar? ¿Y si al correr sus zapatillas registraran sus constantes y en caso de tener un ritmo cardíaco inadecuado mandaran un mensaje a sus cascos para indicarle que debe disminuir el ritmo?

 

Todo esto ya es una realidad en nuestro día a día. Gracias a un sistema llamado RFID (siglas de radio frequency identification, es decir, “identificación por radiofrecuencia”) podemos integrar en cualquier objeto un chip de pocos milímetros de tamaño que permitirán a ese objeto enviar o recibir información de su entorno a través de un servidor, es decir, un ordenador u ordenadores que controlarán esa información.

 

 

En un futuro, no muy lejano, podríamos tener calles inteligentes, que registren si hay o no tránsito de personas y ajusten la iluminación para ahorrar en energía, o semáforos que sabrán si hay o no personas esperando para cruzar y darán paso durante el tiempo necesario a los peatones y vehículos, haciendo que el tráfico sea más fluido tanto a peatones como a conductores.

 

Hemos visto tecnologías en el sector del automóvil que permiten que un coche ajuste su velocidad al leer una señal de tráfico, o que frene al detectar un obstáculo. También coches que aparcan solos. El siguiente paso será coches que se adapten a la velocidad del tráfico en función de la información del resto de vehículos que circulan por la carretera y que utilizarán esta información para redirigir nuestro navegador GPS por otro camino, cuando se ha producido un corte en una carretera o un accidente que impide la circulación por el que transitamos.

 

A nivel doméstico, el internet de las cosas, podrá detectar si estamos o no en una habitación y apagar el resto de luces de la casa, o conectar la calefacción o el aire acondicionado de nuestro coche cuando pulsamos el botón del garaje a la hora de salir hacia el trabajo.

 

Hace unos días, una empresa de telecomunicaciones española, lanzaba un producto que nos permite desde nuestro dispositivo móvil, geolocalizar una mochila o mascota, incorporar una cámara a nuestro vehículo, o sensores para detectar determinados eventos. Esto la convierte en la primera que se lanza al mercado del IoT siglas inglesas del Internet de las Cosas (Internet of Things). Aunque ya existen productos IoT, es la primera empresa que se lanza con una gama amplia de este tipo de productos.

 

Hans Vestberg , Director de Ericsson, decía que las repercusiones del IoT serán considerables: “Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia.”. Esto ya va siendo una realidad y en breve, nos guste o no, estaremos probablemente, más conectados tanto entre nosotros como entre todos los objetos de nuestro alrededor. Será la ética científica y la legislación la que deberá poner los límites entre lo que es mejorar nuestro entorno y controlar la vida de las personas mediante el uso de estas tecnologías.

El Internet de las Cosas