martes. 23.04.2024

ENTREVISTA. Fernando Rueda: "El CNI ha fracasado en algunos momentos claves del proceso catalán"

En las horas previas al -se quiera o no- histórico 1 de octubre, Mariano Rajoy estaba plenamente convencido de que la situación estaba bajo control; los colegios electorales no se abrirían y no habría urnas en Cataluña. Según han publicado algunos medios, el presidente no pensaba eso por ser un optimista de libro, sino porque un informe del Centro Nacional de Inteligencia así se lo hizo saber. Este otoño, además, se presentaba La Casa II: la segunda parte de un trabajo pionero en el mundo del periodismo de investigación, el que permitía por primera vez a los españoles conocer el funcionamiento interno del antiguo CESID y hoy CNI. Su autor es Fernando Rueda Rieu (Madrid, 1960)

 


Usted ha sostenido en distintas entrevistas que el CNI ha fracasado estrepitosamente en Cataluña. Pero no sé si sólo por los hechos que comentábamos -no se localizaron las urnas ni las papeletas tampoco- o también en el sentido de no ser capaz de influir previamente en el transcurso del “procés”

 

Estrepitosamente, no; fallar sí. Han hecho un buen trabajo para conseguir información al Gobierno, de mucha utilidad, pero en algunos momentos claves han fracasado. Para mí es más grave que no consiguieran el éxito en su misión de influencia en la sociedad, para que los contrarios a la independencia manifestaran públicamente sus opiniones. Solo unas semanas antes de referéndum, “los Serrat” se decidieron a hablar.

 

 

Cuando hablamos de influir en el procés ¿estamos hablando de haber infiltrado un agente o captar alguien en la estructura nacionalista, de haberle vendido información “intoxicada” o de qué?

 

Algo abierto, menos complicado que eso. Era convencer a los dudosos o a los pro España, para que salieran de su silencio y explicaron los motivos por los cuales era mejor para Cataluña seguir unida a España.

 

 

Es decir: el trabajo de los agentes es bueno cuando es invisible porque cuando se habla mucho de una actuación en concreto del CNI es porque algo ha salido mal. De ser así, estamos ante una labor tremendamente ingrata ¿no?

 

Nunca he estado de acuerdo con ese pensamiento que tanto defienden los espías, no solo los españoles sino los de todo el mundo. Ellos también se encargan de filtrar a los medios de comunicación, cuando les interesa, que han cosechado éxitos en diversos temas. Es una labor callada, pero no son mártires del silencio.

 

 

¿Es por ello por lo que Juan Rando, acaso el ex espía español más conocido en vida -en la imagen a la izquierda del entrevistado-, sostiene que el CNI es la institución más importante del país?

 

Es una de ellas. Su importancia está más en permitir el funcionamiento del país frente a los numerosos ataques que recibe tanto desde el extranjero como de intereses partidistas del interior. Rando es un gran agente, sin duda, pero yo sumaría algunos otros, como Mikel Lejarza, El Lobo, que además de infiltrarse en ETA estuvo 40 años trabajando para el servicio de inteligencia.

 

 

Los espías que usted refleja en La Casa II no viajan en Aston Martin, pero también conviven con el lujo. Alberto Sáiz fue defenestrado, cuenta usted, por participar de cacerías y sesiones de buceo durante viajes de trabajo o de abrir la puerta a determinados familiares suyos. Algo, sin embargo, habitual por aquello de mimetizarse con todos los ambientes ¿no?

 

Efectivamente, los espías para obtener información y hacer frente a poderosas amenazas deben moverse en las cloacas de los grandes poderes del mundo. Para ello tienen que estar donde están las personas que deciden los movimientos de los países y la política internacional. Si no lo hicieran, no cumplirían con su trabajo.

 

 

Hasta tal punto que muchos de los agentes del CNI solo saben que ellos lo son. Es decir. “Mi padre, mi marido o mi mujer son espías” es algo inusual, ¿no?

 

Eso es lo que pasa en todo el mundo, cuantas menos personas sepan que una mujer o un hombre son espías, mucho mejor. La pareja siempre lo sabe, los padres normalmente y los hijos solo cuando tienen la edad de entender el tema y guardar silencio con sus amigos.

 

El carácter militar del Centro en sus orígenes. ¿Hasta que punto sigue marcando el funcionamiento de La Casa?

 

Cuando escribí “La Casa”, ahora reeditado, conté cómo era un servicio militar en sus orígenes y controlado por militares años después. En “La Casa II” demuestro que dos de cada tres funcionarios son civiles, con gran presencia de mujeres. No obstante, en la cúpula hay mayoría de militares, que son los que marcan las líneas de actuación del día a día, empezando por Félix Sanz, que es un general.

 

¿Cómo convive el CNI con, digamos, cuerpos extraños como el ínclito comisario Villarejo?. Es decir ¿los distintos servicios de información del país cooperan entre ellos, se obstaculizan o de todo cómo en botica?

 

En “La Casa II” le dedico un capítulo, pues la guerra que ya conté en el anterior libro entre espías y policías, no solo no se ha rebajado, sino que ha aumentado. Los dos cuerpos coinciden en demasiados temas, no quieren colaborar y eso les lleva a enfrentamiento salvajes como el mantenido por el comisario Villarejo y el director Sanz.

 

 

En 1998, en unas oficinas de Herri Batasuna un agente del CNI se deja olvidada una nómina. ¿Fue un error de película de Berlanga o un aviso a navegantes?

 

Un error causado por el fallo de no detectar a tiempo que en la vivienda de abajo del piso operativo del CESID, en el que estaba la sede de HB, habían encargado una limpieza de la línea telefónica y habían encontrado los numerosos micros que ellos habían instalado. Cuando el agente que escuchaba las grabaciones se dio cuenta de lo que pasaba, tuvo que salir corriendo y abandonó todo el material…incluida su nómina.

 

¿Cuan importante fue la labor del CNI en la lucha contra ETA y como está siendo en el combate contra el yihadismo? Vemos muchas operaciones -la última esta misma semana en Ceuta- en la que se detiene a personas por realizar actividades de proselitismo, precisamente, en su entorno más íntimo, más vecinal.

 

El fin de ETA se produjo porque gracias al CNI pudieron ser detenidas en poco tiempo varias cúpulas de la organización. En el tema yihadista, todo comenzó con el grave error producido en no evitar el 11-M, pero después se pusieron las pilas y ahora realizan un trabajo bastante encomiable, en el que han volcado cientos de agentes y grandes medios. El resultado son tantas detenciones como se producen habitualmente en toda España, incluidas las de Ceuta.

 

 

En ese sentido, usted es de las pocas personas en España que podría reconocer por la calle al gran mito del espionaje español. Mikel Lejarza “El Lobo”, al que mencionaba antes. ¿Qué es de su vida, como ha vivido el final de ETA, que análisis hace del futuro de Euskadi? ¿Algún día le veremos apareciendo en público con la misma naturalidad que, por ejemplo, el citado Rando?

 

El Lobo es, según mi opinión, el mejor espía que han tenido los servicios de inteligencia en toda su historia, por su brillante infiltración en ETA, pero también por las numerosísimas misiones que ha llevado a cabo en los últimos 40 años. Ha vivido el final de ETA con el dolor de saber que podría haberse producido muchos años antes. Ahora mismo, en contra de lo que piensa alguna gente, su nivel de amenaza no ha bajado, porque como se demuestra con los asesinatos habidos tras el final del IRA, cualquier loco rencoroso podría intentar matarle si volviera a hacer vida normal.

 

La eterna pregunta ¿sabía el CESID que iba a ocurrir el 23 F?

 

-No es que lo supiera, es que varios de sus agentes participaron en varios momentos de su elaboración. Alguno fue condenado y otros se salvaron.

 

Por cierto: espiar, se ha espiado desde siempre. Desde que el mundo existe ¿no?

 

Dicen que es la profesión más antigua del mundo, compitiendo con la prostitución (jejeje)

 

 

No me resisto a preguntarle por una anécdota deliciosa de la Embajada de Cuba, una línea de metro en Madrid y un carterista en plena transición. Creo que es bastante ilustrativa de lo que es la labor del espionaje, ¿no?

 

Si te la cuento, Roca Editorial me echará la bronca por no haberte contestado que esas cosas hay que dejarlas para la gente que lea “La Casa II”. Por una vez voy a hacerles caso.

 

El británico Kim Philby o nuestro Juan Pujol “Garbo”. ¿Cuál es, digamos, el espía de espías?

 

Son dos grandes, sin duda. Puede haber opiniones dependiendo del punto mira que se tome. Yo admiro mucho a Pujol, a pesar de haber conocido últimamente su lado canalla, más dedicado al espionaje que a su familia. Pero para mí Philby, a pesar de ser un agente doble que traicionó a su país, Reino Unido, es mucho mejor espía.

 

 

Una pregunta habitual. Se, me consta perfectísimamente, que conoce usted Ceuta. La duda ¿le veremos en la presentación de La Casa II en próximos meses?

 

Dios te oiga y el diablo sea sordo. Me encantaría, ya lo sabes, pero al final un escritor va a las ciudades que le invitan.

 

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