sábado. 20.04.2024

Sentido del humor

 

Fe de etarras

Dirección: Borja Cobeaga. País: España. Duración: 89 min. Género: Comedia negra. Intérpretes: Javier Cámara, Julián López, Miren Ibarguren, Gorka Otxoa, Ramón Barea, Luis Bermejo, Tina Sáinz, Bárbara Santa-Cruz, Josean Bengoetxea. Producción: Netflix España / Mediapro. Guión: Diego San José, Borja Cobeaga. Música: Aránzazu Calleja. Fotografía: Jon D. Domínguez. Estreno en España: 12 de octubre 2017.

 

Llevaba tiempo viendo venirse que pese a los que negaban que Internet fuera más que un medio para distribuir producto pirateado, se acercaban tiempos de cambio en la manera de producir cine. Hoy nos encontramos finalmente comentando, nos iniciamos en ello, un estreno de y para plataformas digitales. En realidad sí que ha sido estrenada en algún que otro cine, pero de forma muy anecdótica y principalmente por motivos de cumplir el requisito para poder presentarla a festivales.

El caso es que llega a nuestras pantallas domésticas por cortesía de Netflix, quién si no, Fe de etarras (no recuerdo un título más incisivo en mucho tiempo), la opción en España de la compañía por el talento local en su estrategia global por apostar en cada país por parte de producto propio en el catálogo. Borja Cobeaga, director de cintas como Pagafantas y coguionista de los Ocho apellidos vascos y también catalanes, firma en clave de humor negro, descarnado, sin aditivos y tomado desde el respeto y la seriedad que el asunto requiere, la historia de los últimos coletazos de un comando etarra que aguarda en 2010, frente a los rumores del fin de la lucha armada, la posibilidad de entrar en acción para preservarla, demostrar cosas o simplemente sentir la adrenalina, dependiendo de cada uno de los integrantes.

El escenario nos sitúa en un piso franco fuera de territorio vasco a un veterano, el jefe, interpretado por Javier Cámara, a una pareja de activistas que son novios pero no admiten serlo (Miren Ibarguren y Gorka Otxoa), y a un descerebrado de Albacete, Julián López, que se ha metido en el “fregado” para sentirse Rambo. Los cuatro tendrán que esperar una llamada que les indique cuál es su siguiente paso. Y para colmo del delirio general, la espera transcurre durante el archifamoso verano en que la selección española de fútbol ganó el mundial, entre victoria y victoria, entre bandera y bandera, entre celebración y celebración…

A lo original del argumento, que Cobeaga tenía en la recámara desde hace años esperando a que alguien se atreviese a respaldar económicamente un proyecto realmente osado que no tenía por qué tener la aceptación deseada, hay que añadir la valentía de estrenarla en los tiempos convulsos que corren y hablar en clave de comedia de los nacionalismos españoles. Mencionemos que Cobeaga es vasco y suficientemente inteligente como para no ofender a nadie con un trabajo que no pretende envilecer o juzgar, sino recomendar dosis de humor para alimentar el cerebro y seguramente el entendimiento entre las personas. Aquello de que cuanto más tonto más enfadado que se dice…

A una puesta en escena fresca y divertidísima, con momentos y diálogos de cuidada finura, sumamos que todo el reparto está brillante en sus interpretaciones, logrando que (buenos) actores que uno asocia con la comedia más loca te hagan reír de la misma manera que te hacen creer que sus personajes sienten y padecen, logrando que el espectador vea la actuación más allá de sus conocidos rostros. Altísimamente recomendable en especial, si me permiten, para aprender a aligerar tensiones que luego pueden atacar a la salud de las sociedades.

Puntuación: 8

JUAN CARRASCO DE LAS HERAS [email protected]

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