viernes. 19.04.2024

Calaf pide serenidad a la hora de analizar fenómenos como el de los refugiados

La veterana periodista Rosa María Calaf ha advertido del peligro de “las prisas” y ha pedido “serenidad” a la hora tanto de informar como de recibir información en fenómenos como el de los refugiados. Algo, ha insistido, que no es nuevo ni comenzó hace algunos años

 

 

 

La Unión Soviética de la Perestroika, la Italia de los asesinatos de Falcone y Borsellino o la Pekin olímpica son algunos de los destinos y momentos que jalonan la trayectoria de Rosa María Calaf, acaso uno de los rostros más conocidos en la televisión española de las últimas décadas. Sin embargo, con la jubilación no le llegó la inactividad: ahora muestra su compromiso con causas como las de los refugiados, que le han traído a Ceuta invitada por Andalucía Acoge. Una entidad cuya responsable de sensibilización, Nereida Domínguez, ha ofrecido datos sobre la llegada de refugiados a Europa y a España.

 

 

Sin embargo, Calaf ha negado la mayor sobre la novedad de la crisis de refugiados. No es un fenómeno reciente, apunta, a pesar de que las redes sociales y la inmediatez nos hagan pensar lo contrario. Ese, el de la instantaneidad puede ser el subterfugio para que se cuelen mensajes buenistas o manipulaciones, por lo que insta tanto a periodistas en particular como a sociedad en general a algo más de pausa y contraste antes de alcanzar conclusiones

 

 

No podía faltar en su caso una reflexión al problema catalán y al tratamiento informativo: barcelonesa de nacimiento, perteneció al equipo fundacional de TV3. Lo que más le preocupa, dice, es el sensacionalismo y la simplificación a la hora de hablar de un problema de décadas y con unas raices históricas profundas. Preguntada también por el uso que realiza la clase política de redes sociales, no duda en hacerlos partícipes de lo que ha llamado “política espectáculo”: lanzar, simplemente, la consigna. Y aunque se define como una gran defensora de Internet, no tiene duda en concluir que Goebbels, como el Cid Campeador, triunfa después de muerto.

Calaf pide serenidad a la hora de analizar fenómenos como el de los refugiados